Todo comenzó, con el vacío existencial que me causaba no comprender por qué las cosas suceden en cierto orden, o mejor dicho, en cierto desorden. Porque nada sucede como queremos, si no como debe de ser: perfecto.
En aquel momento, me cuestionaba todo, desde el por qué de mi nacimiento, hasta por qué las religiones no resolvían mis dudas con su Biblia llena de “misterios develados” e “inspiración divina”.
En mi caso, el desarrollo espiritual, que se lo atribuyo a mis planetas en la Casa 9 (la Espiritualidad, la Filosofía, la ideología), inició desde muy pequeña. Gracias a mi familia Cristiana-Evangelista por parte de la familia mi padre y Católica por parte de mi madre, y también, por mi abuela.
Crecer en ambas religiones estaba siempre al filo de las preguntas, me quedaba inconclusa con las metáforas y pasajes del libro más vendido de la historia, al cuál le debo un enorme respeto, ya que la mayoría de los occidentales nacemos con esas sacro-instrucciones para la conexión con Dios.
Mis estudios extraordinarios iniciaron con el Reiki, una cosa me llevó a la otra, e inmediatamente apareció la Astrología. Fue entonces que todas las respuestas fueron llegando una a una, comprendiendo así, el significado de los eventos celestes, las constelaciones y cómo éstos tienen una explicación para los eventos terrenales.
Aquí les muestro mi Revolución Solar del 2014, donde claramente vemos que Urano hace de las suyas en el Medio Cielo. Como era de esperar, este tránsito de Urano, cambió radicalmente mi profesión, dónde pasé de ser Licenciada en Informática a ser una estudiante hambrienta de conocimientos Universales. En aquel momento, la obsesión era tal, que enloquecí buscando saber cómo nos influyen las estrellas del cielo.
Como sabemos, la Astrología ni era, ni es, ampliamente reconocida ni aceptada, por lo que en aquella época procuraba estudiar a escondidas. Gracias a esas horas en las que me refugiaba en la literatura astrológica, entendí cómo se divide el cielo y cómo la luz de las estrellas nos dan una guía expresa hacia nuestro interior. Sorprendida, seguía avanzando en la investigación.
Me preguntaba: “¿Cómo es posible que la Astrología nos ayude tanto a autoconocernos?”, dado que si las estrellas eran las que determinaban lo que me pasaba y mi forma de ser, ¿dónde quedaba “el poder de Dios”? En esos momentos, al ser consciente de la influencia de los astros y dejar de creer que un Dios era el responsable de todo, apareció en mi una gran contradicción: me sentía culpable.
Al mismo tiempo, sentía un miedo enorme, al darme cuenta de la responsabilidad que tengo sobre mi vida.
En conversaciones y vergüenzas con una amiga, que por cierto, resulta ser la más súper-fan religiosa que conozco, le contaba mis aprendizajes con la Astrología. Mientras le explicaba lo que había descubierto, ella me miraba como si hubiera sido engañada por el diablo, lo que le llevó a preguntarme (pensando que hacía lo mejor para mi):
– “¿Qué te parece si vamos a una misa de sanación? Con fe, verás como encontrarás el camino.”
Yo en mis adentros, me sentía culpable y pecadora, porque aún al no haber profundizado suficiente en el tema astrológico, me sentía algo satanizada por dejar de creer en ese Dios gordito y barbón en el Cielo, que siempre nos vigila, juzga y controla. Aunque ahora me rio al recordarlo, en aquel momento me sentía amargamente condenada y culpable, porque me daba cuenta que la responsable de lo bueno y malo que me sucedía, era yo y no Él, y fue por eso que accedí.
Fue así donde acudí a esa “misa de sanación”, que acabó convirtiéndose en un exorcismo para expulsar al Diablo de mi.
Ya estando en la misa de sanación, hicimos una fila para hacer nuestras peticiones. Justo al acercarse el sacerdote, en voz baja, le dije que me ayudara a encontrar el camino, porque me gustaba la Astrología y no sabía que hacer. Él respondió en mi oído, con una voz de declaración estruendosa, y dijo literalmente (aún hoy lo tengo tatuado en mi mente):
– “En el nombre de Dios, pido que liberes a esta mujer de la Serpiente que tiene en su cabeza y en su corazón”
Justo en ese momento, sentí una paz enmancipadora. Su voz fue literalmente un exorcismo puro, que finalmente me liberó de la opresión contradictoria que mi alma sentía. La división terminó dentro de mi, y sentí que a partir de aquel instante, comenzaría un periodo donde lo que hiciera, lo haría con total integridad.
Después de aquel ritual litúrgico, nos fuimos a casa, y días más tarde, de una manera alucinante (casi como cataratas del Niágara), toda la información de cómo funcionan los misterios del Universo, empezó a fluir de una manera bestial. Cada vez que entraba en las redes sociales, aparecían libros y publicaciones, por aquí y por allá, así como invitaciones relacionadas con la Astrología.
Jamás imaginé, que el exorcismo acabaría matando la culpa cristiana y abriéndome las puertas hacia la Astrología.
En ese momento y tras tantas coincidencias (o sincronicidades), entendí que todo estaba alineado para seguir con mi preparación como Astróloga.
Aunque inicialmente encontré sólo información sobre la astrología más moderna, más tarde descubrí que el mundo de la Astrología no era solamente eso. La Astrología es muchísimo más amplia y tiene muchísimos usos.
Después de buscar y buscar ampliamente, encontré en esta escuela, Campus Astrología, un curso que me dio la formación que necesitaba, una Diplomatura seria y eficaz, que abordaba todo, desde el autoconocimiento hasta la predicción.
Me sorprendió saber que incluso a partir de la Astrología de toda la vida, surgió la afamada Astronomía, como un sistema de observación y detección matemática.
Es extraño contar como fue aquel día, qué con el poder del exorcismo y sanación, pude entender lo que el cielo y las estrellas deparaban increíblemente para mi. A partir de aquel momento, los planetas fueron mis guías, mis veredas a transitar de una manera práctica y muy consciente.
Aprendiendo de mi Carta Natal, descubrí lo que ahora es mi biblia personal y particular, siendo consciente de que mi vida se basa en la influencia de esas posiciones planetarias y de esos puntos matemáticos marcados en el cielo.
Fue maravilloso aquel exorcismo, pues desde entonces, claramente el demonio de la inseguridad y el vacío existencial desaparecieron en su totalidad de mi, ¡ah!, y también la serpiente, que el Padre absolvió. Y yo que pensaba que lo que iba a desaparecer sería mi curiosidad… mis estudios sobre el ocultismo… todo lo relacionado con lo astrológico… pero no fue así, fue justo al revés.
Estoy inmensamente agradecida por ese día clave en mi desarrollo, que ahora leo cómo un “Uranazo” en mi MC.
Puedo decir que ese día resurgí de la cenizas. Acompañada de la Astrología, logré esclarecer las respuestas a la mayoría de mis preguntas, y entender que todo es una balanza (Libra) y que mis karmas (Nodos lunares) no son otra cosa que el equilibrio del Universo ordenando de manera exacta y perfecta (Virgo), mi mundo. Que mi Misión de Vida (Sol), es transmitir y desmitificar este conocimiento a toda persona que busque descubrir deseosamente su mundo interno, descifrar el caos y actuar en consecuencia, para manifestar el verdadero camino que nos lleva a la consciencia de nuestro Ser.
Como dijo Jesús: “La Verdad os hará libres”. Y Urano, también.
solo quiero decirte que tu relato es maravilloso! Mejor dicho, imposible.
Bendiciones de paz y felicidad verdadera para todos
Gracias Patricia! Nos encanta que te haya gustado. ☺️
¡Me encantó! Debe ser en parte por lo identificado que me sentí. Yo también vengo de cuna evangélica (padre pastor, abuelo pastor y dos tíos pastores). Pasé por varias de esas. Pude salirme y comprender no solo todo lo que había dejado atrás sino también todo lo que tenía (y me queda) por conocer. A la astrología llegué luego de poder romper muchísimas estructuras internas. Aunque ahora creo que de alguna manera las cosas se dieron de esta manera porque en algún punto, intuitivamente, decidí alinearme, sin saber lo que estaba haciendo, y la información, a cuentagotas, a su tiempo y modo, comenzó a acercarse. ¡Gracias por compartir tu experiencia!
Excelente Natanael!, Así es, debemos encontrar nuestro propio camino, saludos ☺️
Gracias por compartir tu relato. Yo intento hace algunos años la astrologia. Brasileña, escorpiana. Tenho la luna en la casa 9, quiron en la 1, nodos 1 y 7, neptuno en Sagittarius en la 8. Que te parece? Ahora siento todo con más fuerza. Son casí 10 años y en los últimos mi de cuento de lo que diciste. No tengo una religion.. soy lo que vivo, así lo creo. Urano en la 7 en Sagittarius.
Excelente Luisa! 🙂
Hola Lidice! Me encanto tu experiencia, acierto en cada uno de los detalles. La verdad, que la verdad es así de profunda y una experiencia rotunda que trasciende el alma y la fe. En los Astros o los cuerpos celestes, tambien son manisfestaciones de un Dios creador, un Dios enorme. La Astrología es luz, de eso no dudo. Yo le pedí a Dios, conocerlo mejor, y termine siendo astrólogo.