La próxima Luna llena, que será una súper Luna por encontrarse en conjunción a Príapo, el punto de perigeo lunar, tendrá lugar en el grado 22 de uno de los signos claves del zodiaco, un signo que tiene un valor muy significativo en un sentido iniciático, se trata del signo de Tauro, uno de los cuatro signos fijos, especialmente considerados dentro de la tradición iniciática, pues están vinculados a las cuatro estrellas regias y se constituyen, por tanto, en los cuatro pilares o columnas principales del templo interior para todo aquel que trabaja mirando hacia adentro.
A Tauro corresponde el “Yo quiero” como frase de reconocimiento. Es un signo, por tanto, relacionado con el querer y también con el tener. Tauro nos vincula al mundo de la manifestación de los deseos, esos que irradian desde el opuesto signo de Escorpio. Nos remite al mundo físico y sensorial, a la Shakti o energía divina toda vez es capaz de manifestarse como creación, como belleza, como sensación.
Representa entonces a la naturaleza, expresión visible, palpable y/o perceptible de Dios, el rostro de la Diosa, el vestido que la Vida misma manifiesta para envolverse de sí misma, arroparse y retroalimentarse.
Podemos experimentar a Tauro en nuestro cuerpo físico, en las experiencias sensoriales y la sensualidad que experimentamos a través de nuestros cinco sentidos, en los placeres, en la belleza, en el colorido y en toda creación la que podemos captar con ellos.
Tauro es regido tradicionalmente por Venus y vinculado también a la Tierra, la cual podríamos mencionar como su regente moderno, pues si algún planeta expresa el simbolismo de Tauro es este mismo en el que nos encontramos, nuestro hogar, lugar privilegiado dentro del Universo, en el cual la fuerza de la Vida ha podido dar rienda suelta a la bella manifestación de su naturaleza creadora.
En el Tarot podemos reconocer a Tauro en la carta de La Emperatriz, asociada, entre otras cosas, a la creatividad, fertilidad y abundancia.
La Luna llena en Tauro nos lleva entonces a trabajar interiormente lo relativo a aquello que queremos, así como a aquello que tenemos. En este sentido, todo empieza por darnos cuenta del poder que tiene ese decreto que hacemos cada vez que decimos querer algo, pues independientemente de que seamos conscientes o no de ello, somos seres creadores, somos esa Vida manifestada a través de una serie de vehículos, físico, mental, emocional, etc.
Somos, en definitiva, criaturas que tenemos a su vez la capacidad de crear. Entonces, aquello que tenemos va en función de lo que queremos. Y si tenemos algo que no queremos, tal vez es que no estamos ejerciendo conscientemente esa potestad, de querer, de ser fértiles y, de esta forma, tener.
Tal vez la semilla que sembramos en su momento, durante el ciclo creativo, no se correspondía, parcial o completamente, con aquello que queríamos, o quizá no aramos la tierra adecuadamente o no abonamos bien. Y esto puede referirse tanto al campo mental como emocional que preceden al acto de la manifestación.
Tauro nos recuerda, entre otras cosas, la importancia de ser naturales y ahorrativos, esto es, no dispersar energías sino concentrarlas a través del mínimo esfuerzo posible en las naturales cualidades que son susceptibles de desarrollarse para obtener el máximo beneficio.
La Luna llena en Tauro también es momento de disfrutar plenamente de los sentidos y expresar el afecto y cuidado lunar a través del mimo de estos; un masaje, una aromática infusión, una rica comida, una dulce caricia, un hermoso paisaje u obra de arte que recree nuestra vista, un buen abrigo que nos proteja del frío, la calidez del sol, el canto de un pájaro, en fin, los sentidos son un canal para nuestra nutrición, ya sea del cuerpo, de la mente o del alma y la Luna en Tauro viene a recordarnos la importancia de esto. ¿En qué ocupamos nuestros sentidos?, ¿que alimento les damos?, ¿de qué manera a través de estos estamos nutriendo nuestro cuerpo, mente y alma y que estamos incorporando a estos?
Con la Luna en Tauro es normal que estemos más sensibles a los estímulos sensoriales y que necesitemos experimentar en nuestro interior la emoción que ellos nos producen y cómo son capaces de nutrirnos y reconfortarnos.
Quizá la urgencia de nuestra alma en estos momentos sea experimentar esa paz y tranquilidad tan propia de este signo.
Acudir a la naturaleza puede ser una excelente manera de encontrarla, ¿qué mejor hogar que la tierra?, ¿qué mejor descanso que relajarnos en el césped y conectar con el verdor lleno de prana que nos revitaliza?, ¿qué mejor regalo para el alma que abrazar un árbol y sentir su amor natural y sencillo que nada exige y todo da? Y sentir que el tiempo pasa lento y que no hay nada de que preocuparse porque todo es satisfecho de forma natural y lo que no, requerirá de ese esfuerzo que permita simplemente arar el terreno donde sembraremos la semilla de aquello que deseamos tener.
Tauro disfruta igualmente de ambas facetas, del trabajo y el descanso, como lo hace la naturaleza, que tiene ciclos y que a veces enfoca su energía hacia adentro y otras hacia afuera. ¡Que disfrute comprender y aceptar eso! Entonces dejamos de sobreexigirnos, o bien, de estancarnos. Comprendemos que somos semillas que de forma natural se convertirán en árboles, que somos la Vida misma vestida con su propio ropaje, que se recrea a través de sus sentidos en la experimentación de su propia creación.
La Luna llena en Tauro siente la necesidad de convertirse en ese terreno fértil donde se manifestarán los deseos que el Sol en Escorpio está generando, que desde su luz transformadora, empoderada de sí misma, busca preñar a la Luna de esos deseos que irradia desde lo más profundo, para cocrear con esa Luna en Tauro algo que queremos y que, de alguna manera, obtendremos si hemos comprendido el secreto de este mágico acto de cocreación.
Y la magia es aún mayor cuando Lilith está implicada, en este caso, en conjunción al Sol escorpiano y en oposición a la Luna llena en Tauro. La gran maga, diosa de la profunda sabiduría, se siente sumamente empoderada en ese signo profundo y misterioso que es Escorpio y se encuentra disfrutando de todo el saber que encuentra en la sombra y que servirá de fuerza motora en su viaje de regreso hacia la Luz.
El Sol la acompaña, como una antorcha que le permite observarse mejor para descubrir sus poderes ocultos y darse cuenta a través de un proceso alquímico de su enorme potencial transformador y de la Luz que mora en su obscuridad. La consciencia solar en lo profundo del abismo se encuentra unida a Lilith, esa Shakti interior, inmanifiesta, la Diosa oculta en la profundidad y, junto a ella, ilumina a la Luna en Tauro, signo vinculado a la Shakti manifestada, a los cuerpos, a la energía que se ha hecho palpable, observable, que se ha materializado, dando lugar al mundo de la forma.
Es un tiempo, por ello, ideal para las prácticas tántricas, así como también para la magia en general, para cocrear, para manifestar nuestros deseos, en esta fértil súper Luna, así que es momento de ser cuidadoso también con aquello que deseamos pues puede hacerse realidad.
Hay que tener la suficiente prudencia y tino para no dejarnos arrastrar por deseos egoístas, fundamentados en bajas pasiones y en pulsiones que provienen de las facetas negativas de la sombra y no de instancias más elevadas, es importante, en este sentido, revisar desde donde estamos creando, desde el odio, desde la envidia, desde la revancha, desde la impotencia, desde la frustración, o desde la sabiduría profunda, desde el intenso amor, desde la generosidad transformadora, desde la sensibilidad ante el dolor, desde el mágico poder transformador de nuestros talentos. ¿Seremos capaces entonces de encontrar esa Luz en la oscuridad que nos permita hacer emerger en esta fértil Luna los regalos que en ella entraña?
Esperemos que sí y que así podamos descansar satisfechos de lo obtenido y sentirnos en paz con aquello que tenemos porque ha nacido para sanarnos. El sextil a Quirón en Piscis que realizará la Luna, así como el trígono que Lilith y el Sol establecen actualmente con este, será una oportunidad para ello, para sanar y/o para ser sanados, no obstante, habrá que experimentar la herida, la que el otro nos mostrará a través de la suya para que comprendamos la nuestra y viceversa.
Será el amor incondicional quien se exprese, en todo caso, para dar curso a esa sanación, ya sea a través de la entrega, la renuncia, la compasión y/o el perdón.
Y si algo sientes que no ha quedado resuelto en el proceso, entrégalo al Universo, el sabrá que hacer con ello y tarde o temprano ese aparente caos encontrará su razón de ser y se convertirá en sabiduría que te acompañará toda la vida.
Meditar y orar o entregarse a la magia de la música, la danza o la poesía puede ser lo ideal en esos momentos y convertirse en una Sagrada medicina que te permitirá transmutar el dolor en serenidad, en paz, y tener la oportunidad de experimentar ya sea el divino vacío de lo increado o la divina alquimia de la creación.
Deseo pues que esta Luna llena en Tauro os prodigue hermosos regalos, que sanéis lo que corresponda ser sanado y transforméis lo que corresponda ser transformado, básicamente, el ego y la ilusión de separación, para que la luz de la consciencia os pueda revelar esos regalos que no son más que una extensión de la misma belleza que reside en vuestras almas. Recordad, sobre todo, que sois merecedores de ellos.
Consultora de Astrología y Tarot
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interesante articulo gracias por compartir el conocimiento