Se aproxima la Luna más expansiva y entusiasta del año, la que nos conecta con el optimismo, la fe y la abundancia, la Luna llena en Sagitario.
Esta tendrá lugar el día 21 de Mayo, a las 21:14 UT, a 1° de Sagitario y estará acompañada del planeta Marte, que aún se encuentra retrógrado en este signo.
Sagitario, signo representado por el Centauro, es un signo de naturaleza dual, mitad animal, mitad humano, esto hace referencia a su parte instintiva, sensual, arraigada en la naturaleza y su parte mental, filosófica, que elabora conceptos abstractos, que se expande con la intención de alcanzar las altas esferas del conocimiento, la sabiduría que lo sintetiza como si de un mandala se tratase, donde lo esencial es substraído e integrado en esa búsqueda de un sentido superior.
Ambas facetas, la animal y la humana, dotan a Sagitario de intuición y sabiduría, esa sabiduría instintiva de la naturaleza y esa sabiduría filosófica del hombre que se amalgaman en su naturaleza a la par salvaje y visionaria.
Este es el signo de la aventura y los viajes, las exploraciones, la expansión, esa que nos permite reconocer en lo diferente y lejano una parte de nosotros mismos que completa y amplía nuestra imagen.
Sagitario se siente ciudadano del mundo, un nómada en busca de su propia identidad que es capaz de encontrar una familia ahí donde llega , porque sabe integrarse y porque anhela expandir su sentido del sí mismo.
Esta Luna llena favorece pues los viajes, la integración cultural y todo lo que nos acerque a un sentido superior y favorezca la expansión de la conciencia y es a través del alma y su dimensión emocional representadas por la Luna que intentaremos experimentarla en el plenilunio sagitariano.
La religión, la filosofía y la política son temas que atraen a este signo y en los cuales le gusta implicarse activamente de una u otra manera.
La Luna, al representar, entre otras cosas, al pueblo, a las naciones, genera al transitar por este signo un mayor interés de la población en general en estos asuntos y, al encontrase Marte retrógrado en conjunción a esta Luna, puede propiciar una reactivación de la participación ciudadana en temas políticos, religiosos, culturales y académicos, así como el resurgimiento de líderes en estos campos.
También podría hacer referencia a un repunte de conflictos por motivos étnicos, políticos o religiosos, así como también una reactivación de luchas en el campo académico, que puede manifestarse, por ejemplo, a través protestas estudiantiles o del profesorado.
En un ámbito más personal, puede hacer referencia, entre otras cosas, a la reanudación de estudios y/o proyectos, o bien, el reinicio de una etapa de aventuras, viajes o exploraciones.
Esta conjunción Luna/Marte retrógrado en Sagitario recibirá la luz que el Sol irradia desde el primer grado del signo de Géminis en conjunción al planeta Venus, que aún se encuentra en los últimos grados del signo de Tauro y el asteroide Vesta, que ya se encuentra en territorio geminiano.
La oposición que este stellium realiza a Marte y la Luna vendrá marcada por la actividad intelectual, comunicativa, dinámica y comercial del Sol en géminis, el disfrute de los sentidos, de la belleza y la naturaleza, así como el amor a la tierra, los recursos, el trabajo y la fidelidad características de Venus en Tauro y la preservación de la información y el conocimiento, la devoción por comunicar, movilizarse y aprender y el sentimiento de cálida hermandad propio de Vesta en Géminis.
Esta oposición se puede traducir de muchas maneras, entre otras, en una necesidad acuciante de aventura que nos conduzca a movilizarnos a entornos naturales donde reencontrar nuestra naturaleza primordial y salvaje y, así mismo, en un mayor acopio e intercambio de información que alimente el deseo de reiniciar aprendizajes y enseñanzas a la cual nos predispone la conjunción Luna/Marte retrógrado en Sagitario.
Igualmente, estimulará el intercambio comercial, reactivando importaciones y exportaciones.
También puede estarnos hablando de cooperación de recursos con inmigrantes y países en conflicto y un incremento de los desplazamientos por conflictos de tipo político y religioso hacia lugares que ofrezcan una mejor calidad de vida, un mayor acceso a recursos y un entorno solidario.
Las disertaciones políticas, filosóficas y religiosas estarán a la orden del día y uno de los temas que estarán en la palestra es la necesidad de transparencia y rectitud de los personajes implicados en estos temas, pues la presencia de Júpiter en Virgo predispondrá a revisar con lupa estas figuras en torno a su actuación.
Será, así mismo, en un ámbito más personal, una Luna muy propicia para reactivar la abundancia, siendo conscientes de que esta comienza en nuestro interior y es la resultante de una actitud ante la vida, que ha de incluir un sentimiento de merecimiento y apertura a todo lo positivo que la esta nos puede ofrecer y de que somos nosotros mismos quienes cocreamos y manifestamos esa abundancia, pues somos esa misma fuerza creadora de la vida a la que tanto clamamos felicidad y bienestar, como si fuera algo externo a nosotros, somos nosotros mismos quienes nos concedemos o nos negamos la abundancia que somos.
Es un momento propicio, igualmente, para revivir la pasión por el disfrute de todo aquello que nos despierta el interés de ir más allá, para disfrutar del conocimiento y las ideas que estimulan nuestra visión y de la sensualidad de aquello que seduce nuestros sentidos.
También son de resaltar los aspectos de los que se encuentra participando Júpiter, dispositor de esta Luna, por su regencia sobre el signo de Sagitario, quien desde el día 9 de mayo retomó su movimiento directo en el signo de Virgo.
Allí Júpiter nos mostrará la importancia de sintetizar el saber, de organizar los proyectos, de encontrar el sentido de las partes que conforman un todo y saberlas engranar, y mostrar la bondad, la fe y la generosidad jupiteriana a través del sentido protector y servicial de este signo.
Este planeta se encuentra actualmente en oposición con Neptuno en Piscis y, ambos, en cuadratura a Saturno retrógrado en Sagitario, conformando así con este una T cuadrada mutable que estará, entre otras cosas, manifestando la tensión de conflictos políticos y religiosos propiciados por un sistema retrógrado y caduco que ha fomentado desde sus inicios el rechazo y la división de razas, credos e ideales para sacar tajada.
El ápice o planeta focal de esta T cuadrada es Saturno, dispositor de Plutón que sigue su largo recorrido por el signo de Capricornio y aún se encuentra en cuadratura con Urano en Aries.
Se hace cada vez más patente la necesidad de despertar y darnos cuenta de los motivaciones ocultas y los intereses cada vez mayores por dividirnos para preservar el poder.
Cuando hagamos plena conciencia de ello y nos unamos como miembros de una sola humanidad respetando nuestras diferencias y particularidades culturales y propiciando la integración, podremos empoderarnos ante ese sistema opresor que sólo busca dividirnos, encadenarnos a sus condicionamientos y condenarnos a la miseria.
Júpiter en Virgo también se encontrará formando un gran trígono de Tierra con Mercurio retrógrado en Tauro y Plutón, también retrógrado, en Capricornio, reafirmando lo anterior y llevándonos, en este sentido, a reflexionar sobre nuestros recursos y valores, sobre el trato que estamos dando a la naturaleza y sobre la urgencia de transformar las estructuras para mejorar la calidad de vida y conseguir una visión más integradora y consecuente con el medio ambiente, del cual formamos parte.
Es necesario, así mismo, procurarnos niveles cada vez más impecables de ética, apuntando a ideales más sanos y congruentes con el sentido trascendente que tiene la existencia.
La búsqueda de la verdad requiere la capacidad de recuperar nuestro propio poder interior y de reflexionar sobre las ideas preestablecidas, esas que de una forma u otra nos han condicionado a un estado de pasividad ante las injusticias que a diario se cometen sostenidas por la crueldad recalcitrante del sistema.
La entrada de Lilith en Escorpio nos impulsará a rebelarnos ante el poder establecido y reconocer esa sabiduría profunda de nuestra sombra en la que radica un enorme poder, será preciso abrazarla y no intentar huir de ella, pues hasta que no la reconozcamos, aceptemos e integremos, seguiremos proyectándola en el mundo.
Es fundamental, sobre todo, hacernos cargo de nuestra transformación interior y del uso racional de nuestros recursos, reformulando, de ser necesario, nuestra escala valores en consecuencia con esa evolución que estamos experimentando, pues si no hay congruencia que sostenga la verdad interior dotándola de forma y substancia, esta no podrá manifestarse.
Esto puede aparentar representar un gran esfuerzo si sentimos que la verdad es una aspiración a alcanzar, no obstante, el único trabajo a realizar es soltar falsas creencias y permitir que la verdad interior se establezca por sí misma de forma sencilla y natural, pues al soltar los condicionamientos con que hemos sido programados, nuestra mente y nuestra estructura interior se reajustarán en consonancia con la verdadera naturaleza del Ser, retornándolo al sentido de esa pureza e inocencia que sólo es capaz de ofrendar bondad y amor incondicional.
Es momento de recuperar la fe en sí mismo, haciendo conciencia de que ese viaje de autoconocimiento que alguna vez emprendimos a través de algún ideal, religión o filosofía no tenía otro objetivo que reconducirnos al propio Ser y que todo aquello que no nos resonase nos ha servido para discernir esa verdad única y auténtica que cada Ser manifiesta como una pequeña y humilde expresión de esa gran y única verdad trascendente e inasible.
La fe también pasa por reconocer que en este mundo de la forma no hay verdades absolutas pues todo entra dentro del juego ilusorio de maya, no obstante, la verdad propia es útil para cada quien dentro de lo que la naturaleza de su propia manifestación ha desplegado, dotando de un sentido particular su existencia, como una pequeña ráfaga que permite tan siquiera vislumbrar ese sentido trascendente que todo lo abarca y donde se funden todas las verdades.
El absoluto, donde todo se disuelve, es por sí mismo, más allá de cualquier visión o perspectiva, más allá de cualquier disertación posible, pues, al no haber dualidad en este, tampoco precisa discernimiento alguno.
Mientras tanto, en el mundo de la forma, seguiremos viendo la vida, en el mejor de los casos, en resonancia con nuestra particular y natural forma de manifestación, y en el peor, en consonancia con los condicionamientos que nos han hecho formularnos una idea fragmentada y sesgada de nosotros mismos.
Es el momento de hacer el viaje de retorno a sí mismo, en ello consiste esa fe, en saber y confiar en que ya somos aquello que somos y, por ello, la más pura y verdadera aspiración es reconocernos.
Que esta Luna renueve pues el optimismo de renacer y que esa necesidad de reencuentro y reconocimiento propio y de reactivación de la propia visión se vea colmada, rebosando el alma de alegría, esa que surge de la voluntad renovada de quien se ha permitido nacer de nuevo.
Que el alma acune al Ser que feliz se dispone a reconocerse, a reaprender de sí mismo y a reemprender el viaje cuyo punto de llegada es el mismo que el de inicio. No hay que ir muy lejos para llegar hasta ti, simplemente contémplate, sólo se trata de ser lo que ya eres, lo que fuiste en un principio, una chispa divina, tan sólo allí comienza el verdadero viaje.
Consultora de Astrología y Tarot
http://nathachaoura.blogspot.com.es/
Nathacha, muito obrigada pelos ensinamentos. Texto maravilhoso. No âmbito pessoal, tudo a ver comigo e o meu momento, me remete a meu ascendente Sagitário e a todas as implicações da minha carta natal. Lendo-o, reconheço nele também a fase conturbada e desafiadora pela qual passa o meu país ao mesmo tempo em que me inspira a fé e a esperança na capacidade de recuperação dos nossos mais nobres valores. Abraços.