A sólo tres días de la entrada del Equinoccio de Primavera, tenemos una Luna llena que nos invita a compartir, a socializar y a prestar atención a las cosas bellas de la vida, es la Luna llena en Libra, que además vendrá a protagonizar un eclipse parcial de Luna, coronando así una lunación llena de sucesos cósmicos de primer orden que mantendrán nuestra atención en los cielos y nos removerán interiormente, planteándonos el desafío de encajar con la mayor sabiduría posible las experiencias vitales que se despliegan para nosotros, a razón de nuestro proceso evolutivo.
Esta lunación, efectivamente, comenzó de forma contundente con un eclipse total de Sol en el signo de Piscis que, por un lado, nos brindó la oportunidad de prestar atención a la faceta más oscura del sagrado femenino, el profundo y misterioso poder que alberga nuestra alma y al que no es tan fácil acceder para aquellos que rigen su vida estrictamente por la razón.
Para experimentar la fuerza sagrada de lo femenino en su estado puro hay que entregarse plenamente al mundo inconsciente, al océano de la intuición, a la profundidad de lo poderosamente instintivo y, para ello, el mundo objetivo, consciente, ha de ser, de alguna manera, suprimido, eclipsado.
La luz del Dios solar hubo, entonces, de dejar paso a la obscura fuerza de la Diosa lunar, a su faz de ébano que resguarda los sagrados misterios, la sabiduría profunda, la magia, la fuerza tántrica de la Shakti que deseaba danzar al son de la música sagrada de Piscis y rendirse majestuosa a su místico silencio.
De esta manera, nuestro lado más objetivo ha sido puesto a prueba. Como aquel Dios que es sacrificado, nuestro lado consciente y racional ha tenido que ser eclipsado y diluído en las informes aguas piscianas, lo cual ha representado un reseteo total, un antes y un después que quizá pase desapercibido para muchos, pero que plantea el cierre de un ciclo para nuestra estructura egóica y el comienzo de uno nuevo en un nivel más elevado de la espiral.
Es como si hubiésemos llegado a un punto de no retorno y, a su vez nos encontrásemos de vuelta con la misma interrogante de siempre: ¿Qué somos ante tanta inmensidad?... Como si todo lo andado y lo aprendido nos condujese hacia el mismo lugar del que salimos y nos encontrásemos de nuevo, desnudos y vacíos ante lo incomprensible.
Y es entonces cuando descubrimos la ilusión del viaje… Creemos que vamos hacia a algún lugar cuando, en realidad, estamos dando vueltas en espiral, repitiendo ciclos incesantes de experiencias en un horizonte de sucesos tan limitado como lo es nuestra propia percepción de la realidad.
Entonces cerramos un ciclo y comenzamos otro y así cada vez y, hasta que no hacemos consciencia de que estamos como el perro loco, persiguiendo nuestra propia cola, no somos capaces de experimentar la esencia de la vida, pura, sin condicionamientos, sin referencias de tiempo ni de espacio.
Ya estamos en aquel lugar al que aspiramos llegar, ya somos aquello que somos, es sólo que en nuestra ignorancia de nosotros mismos hemos creído que era preciso encontrarnos en algún lugar y comenzamos a perseguirnos la cola y nunca, nunca, la alcanzamos.
Y no es fácil para el ego aceptar esto, es como si lo sumergieran en un líquido que borra toda memoria de sí, que le transmite un claro mensaje: Nada de lo que crees ser o haber sido puede definirte realmente, es transitorio y, por lo tanto, irreal, una ilusión.
Es allí, cuando el ego se rinde, cuando se entrega al vacío, que resplandece la Luz de la consciencia, y surge poderosa la fuerza de la Shakti a llenarlo todo y a revestirse de ese resplandor. Entonces ya no hay preguntas, ni dudas, ni inquietud.
¿Somos capaces de comprender lo que se ha movido en esta lunación?, ¿Somos capaces si quiera de intuir que representa un antes y un después en nuestro proceso evolutivo? ¿…Que se ha abierto un portal de reconexión con lo infinito? ¿O estamos aún tan adormecidos que está pasando desapercibido ante nuestros ojos?
¿No siente acaso tu alma que algo ha cambiado?… Y en realidad lo único que ha cambiado es nuestra percepción, hemos trascendido capas de falsas creencias y condicionamientos y eso puede hacernos sentir vulnerables, frágiles, desnudos, en la medida en que nos aferramos a nuestra antigua idea se nosotros mismos.
Ahora es cuando queda por desaprender, lo demás es entregarse al proceso de experimentar nuestra naturaleza trascendente. Meditar y/o fundirse en la experiencia creativa del arte inspirado y disfrutar de la belleza sutil e invisible que sustenta lo visible es la mejor forma de integrar lo que el eclipse solar en Piscis ha suscitado al inicio de esta lunación.
A ello se une la reciente entrada del Equinoccio de Primavera, como una inyección de energía ariana que la entrada del Sol en este signo nos regala, con su espíritu aguerrido y emprendedor. Es momento de recomenzar a crear, de hacer brotar, como lo hace la naturaleza, toda la fuerza vital, creativa, que ha estado latente en nuestro interior esperando el momento ideal para emerger. Ese momento ha llegado.
La vida nos brinda una nueva oportunidad de participar del juego de la existencia de forma consciente, y lo maravilloso es que no hay nada que brote de nosotros que no exprese nuestra identidad, nuestra propia y única manera de manifestar el principio vital y, después del reseteo del eclipse de Sol en Piscis, será como ver un campo reverdecer después de un diluvio.
El vacío está siendo llenado de la esencia de la vida que lo conforma, y esa vida o consciencia que pulsaba invisible en un estado latente, de pronto, está tomando una propia y única forma de ser y mostrarse a través de la acción de la chispa creativa.
¿Qué está emergiendo en nosotros? ¿Qué busca renacer y ser cultivado en nuestras vidas?
Este es un momento del año potencialmente creativo que nos impulsa a brillar de la forma más hermosa y auténtica que puede hacerse, siendo nosotros mismos.
Y en ese ímpetu de brillar e irradiar al mundo nuestra propia luz sentiremos la necesidad de compartir aquello hay en nuestro interior.
Es precisamente a ello que nos invita la Luna llena en Libra que tendrá lugar en el grado 3 del signo y que, al ser eclipsada, nos pedirá también hacer una introspección más profunda sobre aquellos aspectos olvidados en nuestra psique, esas necesidades no reconocidas, relativas, como corresponde al signo de Libra, al tema de las relaciones de pareja y/o de asociación en general, la socialización, los asuntos legales, estéticos o artísticos, la armonía emocional, el amor y la paz.
Nuestras cualidades diplomáticas serán puestas especialmente a prueba, sobre todo porque junto al Sol en Aries se encontrará Mercurio oponiendo a la Luna llena en Libra, pudiendo suscitar alguna que otra discusión y/o desacuerdo.
Hemos por ello de guardar especial cuidado de ser prudentes al expresar nuestras ideas y de controlar el impulso de decir lo primero que nos pasa por la cabeza, pues podemos incluso llegar a herir sin querer a quien queremos o hacer sentir mal a alguien cuestionándole de forma injustificada.
Esto puede afectar especialmente a las relaciones de pareja, más cuando el eclipse lunar puede mostrarnos ciertas facetas negadas o reprimidas a nivel emocional respecto a la relación, y el ánimo pendenciero de la conjunción Sol/Mercurio en Aries puede impactar negativamente haciendo sacar a relucir los trapitos sucios o cosas que nos teníamos guardadas por no haberles dado la suficiente importancia en su momento.
El amor y el ánimo de concordia de esta Luna serán los que puedan hacernos salir airosos como pareja.
Será importante, sobre todo, apelar al sentimiento de amor incondicional que Venus, dispositor de esta Luna por su regencia sobre el signo de Libra, irradia desde Piscis en compañía de Neptuno.
No obstante, esta conjunción también puede prestarse a generar cierto halo de confusión en cuanto al romance se refiere o propiciar malos entendidos entre las parejas. En el peor de los casos, incluso, puede predisponer a algún tipo de engaño o traición. Esperemos, de ser así, que cualquier duda o posible situación decepcionante se diluya de la misma manera que surgió y deje paso a la comprensión y aceptación de nuestras imperfecciones y vacíos.
También es importante comprender, en todo caso, que muchas veces sufrimos más por lo que nos imaginamos que por que realmente sucede y, con esta conjunción de Venus y Neptuno en Piscis, también es fácil que la imaginación fértil haga de las suyas y veamos fantasmas donde no los hay, así que si sentimos la desconfianza emerger preguntémonos qué nos hace sentirnos tan inseguros, revisemos esos antiguos patrones de abandono o decepciones que han podido medrar nuestra autoestima y que ahora podríamos estar proyectando injustificadamente en nuestra pareja.
Permitamos que el amor incondicional y la magia de los sentimientos más sublimes que nuestra pareja despierta en nosotros nos ayude a transitar y transcender cualquier abismo que quiera abrirse en nuestro corazón perturbando nuestro equilibrio interior. Y, lo más importante, restauremos esa armonía interna que es la que nos permitirá tener relaciones más satisfactorias.
Todo lo que podemos resolver al respecto habita en nuestra alma, así que, ante cualquier inquietud es allí donde hemos de mirar, aceptando, abrazando e integrando sanamente nuestras sombra emocional, aquella que la interacción con otros es capaz de mostrarnos como si de espejos se tratasen, y aceptando y abrazando también la sombra emocional del otro, comprendiendo que nadie es perfecto y que el amor ha de ser capaz de abarcarlo todo, que no de aguantarlo todo y, para ello, está la capacidad librana de pactar y conciliar, sabiendo encontrar la armonía a través del conflicto, confrontado los opuestos para obtener puntos de encuentro y entendimiento, atendiendo a los principios de igualdad y justicia.
Aceptemos, así mismo, en un nivel más mundano, aquello que no nos parece tan bello, tan armonioso y que el ideal estético de Libra desaprobaría, recordando que lo esencial es invisible a los ojos y que hay formas sutiles de belleza que están ahí olvidadas o que pasan normalmente desapercibidas esperando ser descubiertas y apreciadas.
Que esta Luna llena y este eclipse lunar en Libra sea pues un momento de examen interior, de evaluación profunda de nuestra necesidad de amor, armonía, belleza, igualdad y justicia, poniendo especial atención a esos aspectos no reconocidos que todas estas necesidades nos evocan para poder satisfacerlas lo más plenamente posible en aras del equilibrio interior que nuestra alma de alguna manera está precisando.
Nada escapa a la mirada atenta de Maat, Diosa de la Justicia, ni la sombra ni la luz, y su veredicto, que es el propio, siempre ha de conducirnos a ser más consecuentes y honestos con nosotros mismos y con los demás, contribuyendo así a un estado de paz interior que no tiene precio.
Consultora de Astrología y Tarot
http://nathachaoura.blogspot.com.es/
Muy bonito artículo (además de bien escrito, que eso también lo agradezco). Pues ahí estamos, dando forma al misterio de nuestra alma y tratando de encontrar nuestro lugar en el mundo… porque aunque sean muchos, realmente es uno solo. ¿Será alguna vez reconocido ese amor que habita nuestra alma? Un saludo y gracias.
Muchas gracias Javier, me alegra que haya sido de tu agrado.
Seguramente sí, ese amor será reconocido en la medida en que nos atrevamos a indagar en nuestro interior y hacer conciencia de que ese amor se encuentra ahí esperando ser descubierto y experimentado. Un saludo
Me encanto el articulo, esta muy claro todo, felicitaciones por tan buen trabajo!
Muchas gracias Flor, es lindo sentir vuestra receptividad y saber que los artículos os resuenan de alguna manera. Saludos