Acuario es el signo de los cambios radicales, de los saltos cuánticos, de lo inesperado, así que será preciso estar atentos a las sorpresas y giros que pueden llegar a presentarse durante la próxima Luna llena, e incluso, a lo largo del ciclo o lunación, ya que estos pueden marcar un nuevo rumbo en alguna faceta de nuestras vidas, o bien, una nueva forma de abordarla o enfocarla.
Y es que nuestra alma precisa experimentar un cambio, pasar a otro nivel o etapa, renovarse.
En muy probable que en nuestro interior estén pasando muchas cosas a la vez, que estemos siendo sacudidos por nuestras emociones y por los cambios que pueden estarse suscitando, especialmente en nuestra casa, nuestro entorno familiar y/o en relación a nuestros afectos.
Emocionalmente nos sentiremos como si estuviésemos en una montaña rusa, subiendo y bajando frenéticamente de una emoción a otra totalmente diferente. Es muy posible además que nos sintamos más rebeldes e irreverentes que de costumbre, así como también más inconformistas.
Hay algo que precisamos cambiar en nuestras vidas, soltando lo caduco o cambiándolo radicalmente a través de una nueva visión o paradigma más congruente con nuestro actual momento evolutivo, para lo cual contaremos con la sabiduría propia de esta Luna.
Sentiremos, entre otras cosas, la necesidad de reinventarnos, de liberarnos, de fluir en el aquí y el ahora, así como también, de proyectarnos de cara al porvenir, haciendo uso de nuestra imaginación, formulando futuribles susceptibles de manifestarse en la medida en que nos reconocemos como creadores de nuestra propia realidad y cocreadores de la realidad colectiva.
Así mismo, sentiremos el llamado a adoptar una nueva visión o perspectiva interior, más abierta y dispuesta al cambio.
Por si fuera poco, esta invitación al cambio se verá intensificada por la T cuadrada de la que participan la Luna en Acuario, el Sol en Leo y Urano (dispositor de esta Luna llena por su regencia moderna sobre el signo de Acuario) en el signo de Tauro, el cual será el punto focal de esta T cuadrada, materializando, en medio de esta tensa dinámica energética, la impronta de cambio radical, crisis y renacimiento que promete revelarnos esta lunación que está por florecer en el errático signo de Acuario.
Es muy probable que la tensión que se suscite tenga relación con cambios o situaciones inesperadas que representen gasto o pérdida de dinero o recursos, como por ejemplo, una mudanza, una reforma de la cocina o de la casa en general, un electrodoméstico u ordenador que se avería o cualquier otro imprevisto. También es posible que gastemos más de lo esperado en alguna compra y eso nos genere cierta tensión a nivel económico.
Así que es momento de estar más atentos que de costumbre a la gestión de nuestras finanzas y estar preparados ante cualquier contingencia.
Dentro de la dinámica energética estrechamente vinculada a este plenilunio, contaremos con la presencia de Quirón retrógrado en el signo de Aries, que estará recibiendo un sextil de la Luna y un trígono del Sol, brindándonos la oportunidad de sanar alguna herida relacionada con nuestra identidad, autoafirmación, independencia, valentia o con nuestro espíritu emprendedor. También puede ser favorable para trabajar interiormente en alguna herida relacionada con la violencia, o bien, con el deseo y el impulso sexual.
A nivel colectivo esta Luna puede generar un ambiente de rebeldía popular e incluso agitación, algún tipo de disturbio, protestas o manifestaciones, que pueden hacerse evidentes especialmente en aquellos lugares donde el plenilunio cae angular o aspecta algún planeta de la carta de ese país o población.
Igualmente, puede propiciar situaciones extrañas o fuera de lo habitual, avances tecnológicos y científicos, descubrimientos, así como también eventos o situaciones donde se manifiesta la excentricidad, lo raro y lo novedoso.
Así mismo, es posible esperar mayor inestabilidad en el ámbito financiero, quiebras, alguna caída estrepitosa de la bolsa, etc.
Otro clásico de esta Luna son los desastres naturales o algún otro tipo de catástrofes, que esperemos no se manifiesten.
En otro orden de ideas, la Luna llena en Acuario también hace posible el florecimiento de asuntos relacionados con grupos y amistades, las redes sociales, nuevos contactos, etc.
Este signo resuena con los arcanos de El Loco, con su personalidad excéntrica e independiente y su espíritu libre e irreverente, La Torre, carta de lo inesperado, los cambios radicales, la ruptura y la liberación, La Rueda, carta del cambio, los giros del destino y el progreso o evolución, y El Juicio, carta de la revelación, el despertar espiritual, el salto cuántico o renacimiento a otro nivel de conciencia, el replanteamiento de ideas, situaciones o algún ámbito de la vida, los nuevos paradigmas, y que, al igual que La Torre, muchas veces nos habla de fuerzas que, en mayor o menor medida, escapan a nuestro control.
Esta será pues una Luna para estar abiertos al cambio, para aceptarlo como una oportunidad de maduración de reestructuración y reorganización de nuestras vidas que nos permitirá replantearnos de forma objetiva y pragmática nuestra expansión pero que también nos impelerá a una seria autoindagación que nos conduzca a una revisión de las estructuras sobre las cuales se fundamentan nuestras raíces con el fin de transformar aquello que está caduco o podrido en algo creativo, constructivo, reconociéndolo como la materia prima de nuestra evolución que propiciará desde lo más profundo un renacimiento en nosotros (no olvidemos que Saturno, regente tradicional del signo de Acuario y, por lo tanto, también dispositor de esta Luna llena, se encuentra retrógrado en conjunción a Júpiter y Plutón, también retrógrados, en el signo de Capricornio).
El cambio viene, ¿quién lo puede detener?. El futuro es ahora, todo fluye y refluye en este eterno presente, la gran pregunta es: ¿Colaboraremos con el cambio facilitando el proceso evolutivo o nos resistiremos a él,aferrándonos a lo conocido por miedo a lo desconocido, quedando así atrapados en esa zona de confort que se derrumba golpeada por el rayo del destino?, ese rayo que no es más que una manifestación no solo de nuestro karma sino también de nuestro inconsciente, de nuestros deseos no reconocidos, de nuestros miedos más arraigados, del poder de nuestra sombra, de nuestro potencial desconocido, de nuestras negaciones, así como también de la providencia, esa providencia que es más grande que nuestro limitado ego que a veces se cree todopoderoso y que, ante los golpes de ese rayo, se da cuenta lo pequeñito que es.
La resistencia al cambio, producida por el apego, puede generar dolor, fricción y retrasar nuestra evolución, queda de nosotros el permitirnos fluir sabiamente e integrar el cambio de la forma más sana y creativa posible, cocreando nuestra realidad de forma consciente, disponiéndonos con la mejor actitud posible al salto cuántico, despertando.
Nathacha Oura
Consultora de Astrología y Tarot
http://nathachaoura.blogspot.com.es/