Comenzamos esta lunación con un eclipse total de Sol en el signo de Piscis, signo relacionado con la espiritualidad, la inspiración artística, lo misterioso y trascendente, lo intangible, lo mágico, lo divino y lo sagrado, así como también con el sacrificio, la confusión, el engaño, la ilusión, el caos.
Piscis representa la disolución del ego, simbolizando, además, la fuente original de donde todo proviene y a la que no podemos adjudicar definiciones concretas pues trasciende nuestras concepciones limitadas por el mundo de la forma.
Piscis representa lo informe, lo increado y que, sin embargo, está presente en todo y todo lo contiene, pues es la esencia trascendente de la cual todo procede y a lo cual todo volverá, lo cósmico, lo infinito, lo eterno.
El signo de Piscis también nos hace referencia al sufrimiento, aquel que genera la incomprensión de la impermanencia y la ignorancia respecto a nuestra verdadera naturaleza, divina, transcendente.
Es poco habitual que una lunación comience en un signo que no sea el diametralmente opuesto al signo en el que tendrá lugar la Luna llena de la misma. Normalmente, la lunación de la Luna llena en Libra, como es el caso de la que nos ocupa este mes, habría tenido comienzo con una Luna nueva en Aries.
No obstante, a veces sucede que la luna nueva se produce a finales del signo anterior al que normalmente habría correspondido en ese mes, de hecho, hemos tenido este año dos lunaciones en las que la luna nueva ha acontecido en Piscis, la anterior, a comienzos del signo y la actual a finales, concretamente en el grado 29º del signo, que no es además un grado cualquiera, sino un punto muy delicado del cielo, donde está presente la estrella Scheat, una estrella aciaga, lo cual quiere decir de naturaleza infausta.
A esto se suma el hecho del eclipse total de Sol, que en este grado en el cual se sitúa Scheat, comporta efectos aún más removedores que los que un eclipse ya de por sí representa.
Sobre esta estrella se nos advierte que causa extrema desgracia, está vinculada a temas tan delicados como el asesinato y, especialmente, el suicidio, algo muy pisciano, pues representa una forma de evasión o intento, obviamente infructuoso, de escape de la rueda del samsara, que a veces se vuelve insoportable, especialmente para las almas más sensibles y para aquellas que se han quedado atrapadas en un círculo vicioso de autodestrucción o que no han sabido o podido sobrellevar su experiencia vital; cuando esto sucede, la persona busca errónea y desesperadamente la manera de escapar a sus sufrimientos en un intento de volver a esa paz insondable de la fuente divina, lo cual resulta inútil, pues lejos de ello, sólo consiguen quedar aferrados energéticamente a ese sufrimiento del que pretendían escapar, arrastrando además el karma de segar su propia vida.
Hace poco, sin ir más lejos, durante esta lunación se produjo la terrible tragedia del vuelo Barcelona/ Düsseldorf de Germanwings que se estrelló en los Alpes Franceses, en la cual, según las investigaciones del caso, se presume que el copiloto cometió un acto de suicidio, arrastrando consigo a todos los pasajeros y tripulación del vuelo.
Esta estrella también hace referencia, cuando está vinculada a la Luna y al Sol, como es en este caso, en la que fue escenario del eclipse, a problemas relacionados con el agua, lo cual la puede vincular con inundaciones, maremotos, etc.
No hay consenso sobre la duración de los efectos de un eclipse. Según los antiguos, en el caso del eclipse de Sol, estos se manifestarán durante un lapso de tiempo equivalente a tantos años como horas dure el mismo.
Este eclipse tuvo una duración aproximada de dos horas con nueve minutos, así que, basados en lo anterior, ese será, traducido en años, el tiempo estimado que experimentaremos sus efectos, afectando especialmente a las zonas por donde el cono de sombra del eclipse hizo su trazo, dejando su impronta energética y activándose cuando algún tránsito interactúe con el punto donde el eclipse aconteció.
Es interesante acotar que el porcentaje de mayor sombra o total obscuridad del eclipse extendió su trazo sobre la zona del círculo polar ártico, por lo cual no sería de extrañar, dada la energía vinculada a Scheat, un repunte en el derretimiento de sus hielos.
A los astrólogos no nos gusta hablar de estas cosas, no nos produce morbo, al menos no a mí, no obstante, tampoco podemos hacernos de la vista gorda ante lo que vemos susceptible de acontecer y menos cuando nos afecta a todos.
Esperemos que los efectos de tales energías se vean lo más atenuados dentro de lo posible, que la naturaleza no responda de forma tan contundente ante tales resonancias energéticas.
En todo caso, es un buen momento, y siempre lo es, para tomar mayor conciencia de lo que estamos haciendo con este hermoso planeta que habitamos, así como de lo que estamos haciendo con nuestras vidas, que tsunamis generamos, de qué forma estamos gestionando nuestro mundo emocional y hasta qué punto somos conscientes de nuestra impermanencia y del trabajo espiritual de autrascendencia que la existencia nos propone.
Vale decir que Piscis está relacionado además con el inconsciente colectivo, por tanto, todo lo que ocurra no es más que una manifestación de ese océano psíquico que todos como conjunto hemos generado, es hora ya de empezar a revisar que corrientes estamos generando; se nos ha sembrado, entre otras cosas, mucho miedo, inseguridad, odio, confusión, intolerancia y ello se suma negativamente al curso de los acontecimientos.
También se nos ha engañado y engatusado para mantenernos dormidos y dependientes de salvadores mesiánicos que “vengan a rescatarnos”, esto lo vemos especialmente tanto en el ámbito político como religioso y es algo que nos somete a vivir en ese mundo de obscuridad del que no pretenden sacarnos, pues perderían ese poder que nuestro sueño les confiere.
Es el cuento del hombre caído al agua que no era consciente de que sabía nadar y que muere ahogado esperando a que llegue alguien a tirarle un salvavidas.
Es importante señalar, en este sentido, que cuando los astrólogos vemos un curso probable de acontecimientos, no es nuestra intención asustar ni generar más miedo, sino advertir que hemos de revisar nuestra actitud, nuestro comportamiento y asumir una responsabilidad mayor sobre nuestras vidas y sobre cómo estamos manifestando las energías de nuestro cosmos interior en ese mundo externo que nos atañe a todos.
Así que, el reciente eclipse solar nos hace un llamado a una profunda introspección, a la búsqueda de un sentido más trascendente y a un despertar mayor que nos permita reconocer esa ilusión pisciana que nos pierde en falsas promesas y nos impide tomar consciencia de nuestro rol y responsabilidad personal en los procesos individuales y colectivos.
Esto será experimentado con mayor intensidad y contundencia y de forma más directa por aquellas personas que tengan algún planeta o u otro punto importante de la carta dentro del orbe de aspecto con el eclipse, que puede tener un máximo de cinco grados, dependiendo del aspecto y cuyo grado partil sería el grado 29 de Piscis, para la conjunción, el grado 29 de Virgo para la oposición, los grados 29 de Géminis y Sagitario para la cuadratura, los grados 29 de Cáncer y Escorpio para el trígono, los grados 29 de Capricornio y Tauro para el sextil y el grado 29 del resto de los signos para aspectos menores.
Concretamente, si tenemos algún planeta o punto importante en el grado 29 de Piscis, experimentaremos en el mismo una sensación de que, de alguna manera, se nos escapa de las manos, de que es tan grande la tarea que nos propone, que si no asumimos un trabajo interno de profundización sobre nuestras verdaderas motivaciones al respecto, se nos puede desbordar, se trata de algo que no sabemos por donde cogerlo o abordarlo y que nos llevará a buscar su sentido más trascendente para que podamos darle la oportunidad de renacer como lo hace el Sol luego de un eclipse en una octava superior de conciencia.
Hemos por ello de meditar acerca de lo eclipsado, para darle un espacio de purificación y resurgimiento, con una luz más depurada, más clara y brillante, esa luz que todo lo abarca, la luz de un Sol en Piscis que, tras un eclipse, se despereza de su sueño con una intensidad mayor, saliendo del letargo, más despierto, más consciente de su verdadera naturaleza.
Y de este comienzo de lunación tan dramático ha derivado la Luna llena que hoy nos ocupa, la Luna llena en Libra y, que cosas tiene el Cosmos, que esta Luna llena también acontecerá un eclipse total, en este caso, como es lógico, de Luna.
Libra es el signo de las relaciones, concretamente de las relaciones de asociación, ya sea de pareja, de socios o clientes, esas relaciones que se establecen de tú a tú, donde experimentamos de forma más directa el juego de los espejos, que nos permite ver esa parte de nosotros no reconocida que hemos de sanar e integrar.
Es también el signo de la belleza, de la armonía, del equilibrio, de la gracia, el estilo, la cortesía, el compartir, el colaborar y ayudar.
Una Luna llena eclipsada en este signo, nos llevará a hacer una profunda introspección en torno al tema de las relaciones, el sentido de la justicia y la igualdad, la paz y la armonía y esto se manifestará especialmente en relación a las casas donde el eje del eclipse tenga lugar en nuestras cartas.
El arte y la belleza también serán temas a reconceptualizar interiormente, haciéndonos replantear el sentido de la belleza en nuestras vidas y prestarle más atención a toda esa belleza interior que albergamos en el alma y que de alguna manera no hemos sabido ver ni apreciar en su justo valor.
Se tratará de un reencuentro interno con esas partes graciosas y agradables de nosotros mismos que habíamos obviado y que hundimos en la obscuridad.
Así que este eclipse nos brindará, entre otras cosas, la oportunidad de reconocer esa belleza atrapada en nuestra sombra y que, de alguna forma, hemos de recuperar e integrar a la luz.
La Luna no sólo representa el alma y nuestra dimensión emocional, es además el símbolo de la madre, la familia y el hogar, así que nuestra relación con estos también será foco de meditación durante esta luna, examinando el tema de la armonía, la justicia y el amor en torno a los mismos.
Pero, como toda Luna, esta Luna no viene sola, ella estará interactuando no solamente con el Sol y la Tierra sino también con otros planetas que completarán la tendencia energética de este plenilunio.
Contaremos, en este sentido, con una conjunción Urano/Sol/Mercurio en Aries, oponiendo a esa Luna librana, lo cual nos llevará a autoafirmar nuestra presencia y brillo a través de los grupos y amistades en general, con quienes conectemos con un alto grado de autenticidad y complicidad; pueden ser estos, precisamente, quienes nos hagan percatarnos de esa belleza oculta que no veíamos y de las injusticias o desigualdad que hemos estado permitiendo en nuestras vidas y nos ayuden de alguna forma a compensarlas o a hacer conscientes en nosotros los mecanismos para ello.
En un sentido no tan positivo, habrá mayor propensión a discutir y a poner en tela de juicio a los demás, por lo que hemos de ser precavidos si queremos evitarnos un mal rato.
Como es normal en todo eclipse, los nodos tienen una presencia preponderante. Concretamente, cuando el Sol está en conjunción al Nodo Sur, como es el caso de este eclipse, se presenta la oportunidad de recuperar talentos olvidados en el trastero y reencauzarlos hacia lo público, permitiéndoles ser reconocidos por otros y, en este caso, la Luna llena en Libra, signo relacionado con lo artístico, la estética y la belleza nos ofrece junto al Nodo Norte una posibilidad de redireccionamiento y proyección de esos talentos que habíamos olvidado que teníamos y que hemos de mirar en el fondo oscuro de nuestro pasado, ya sea en nuestra infancia o en otras vidas, para reconocerlos e integrarlos de nuevo a la personalidad, dándoles cabida en nuestras vidas.
Esto no quiere decir que todos nos vamos a convertir en unos virtuosos de algo, pues ello dependerá de la impronta personal de cada uno y de su alcance y misión particular, pero sí que nos estará llevando a recuperar un potencial que se encontraba dormido o latente y que ahora tendrá la oportunidad de ser apreciado de nuevo y reconducido a través de esa búsqueda de la armonía interior.
Es como si algo que teníamos abandonado en nuestras vidas y que era necesario para equilibrarnos emergiera de pronto para ser puesto en la balanza.
Esto también puede ser experimentado en torno a las relaciones. Puede regresar alguien importante del pasado, o puede que alguien se dé cuenta de lo que tenía y perdió e intente recuperarlo o de lo que está perdiendo e intente sostenerlo y reencauzarlo.
También puede ser que, a través de los amigos o de las redes sociales, reconectemos con alguien importante de nuestro pasado, ya sea otro amigo, un padre o mentor, un amante, un hermano o alguien a quien sentimos como tal, puede ser incluso alguien a quien no veíamos en vidas, pero que de nuevo se nos presenta para reencauzar ese lazo kármico hacia lo que esta vida y/o este momento nos propone.
También puede haber alguna figura relevante en nuestras vidas que salga por ese Nodo Sur, pero esta dejará cabida a esas “nuevas” conexiones que se darán con otras personas. El aparente vacío, la sensación de obscuridad será llenada por una “nueva” luz.
El proceso obviamente será doloroso, pues la cuadratura de Plutón en Capricornio al Sol, a Urano y al Nodo Sur en Aries, pondrá a prueba nuestra resiliencia, pero también nos transformará haciéndonos ganar madurez en el proceso.
Urano, no obstante, nos facilitará el desapegarnos y ver las cosas desde una perspectiva más elevada, permitiéndonos relativizar y aceptar los cambios como un impulso de reafirmación de nuestra identidad, como un salto cuántico necesario para ser más conscientes de quienes somos realmente.
Por su parte, el trígono de Júpiter, aún retrógrado en Leo, al stellium Sol/Mercurio/Urano y Nodo Sur en Aries, así como su sextil a la Luna y al Nodo norte, nos hará recuperar ese sentimiento de que todo cambio o crisis no es más que una oportunidad para reinventarnos y expandirnos, reformulando el sentido de nuestras vidas, encontrando nuevas piezas del puzzle y reordenando las ya existentes.
Si asumimos una actitud positiva ante los cambios que se presenten experimentaremos un profundo entusiasmo y recuperaremos ese espíritu de aventura que creíamos perdido, así como el disfrute de estar vivos y de recrearnos en esa actitud positiva que nos permitirá reconquistar ese niño interior que tantas ganas tiene de ser reconocido en nosotros.
Estaremos más creativos, retomando proyectos, asistidos por una nueva visión y ello será como una dosis de vitaminas para nuestra alma, que nos permitirá, después del examen interior que nos propone el eclipse, poner en la balanza nuevas energías que nos ayudarán a reencauzar nuestros sueños.
Las relaciones jugarán un papel fundamental en ello, así como la forma en que nos relacionamos, que también será reorientada por el eclipse de Luna en Libra.
Como aspectos colaterales tendremos, en este lunación, un trígono entre Plutón en Capricornio y Venus en Tauro, ambos en sextil a Quirón, configurando así un gran trígono menor, que promete una profunda sanación espiritual a través de las relaciones, el sentido de la lealtad y la capacidad de transformar nuestras estructuras y empoderarnos en nuestras metas a través del uso práctico de los recursos de los cuales disponemos.
El arte y la espiritualidad o actividades relacionadas con la ayuda a los más necesitados, pueden ser las formas canalizadoras de esa sanación y sabiduría que nos faciliten un mejor aprovechamiento de nuestras potencialidades y en las que dinamicemos nuestras relaciones y recursos de forma efectiva.
El trígono de Plutón a Lilith en Virgo, añadirá un sentido transgresor a todo esto; encontraremos nuestras propias maneras de trasformar y fundamentar nuestras metas para empoderarnos en nuestros objetivos, haremos las cosas a nuestra manera, pues consideraremos que nadie tiene la clave definitiva de nuestro perfeccionamiento que, más allá de podernos orientar, el potencial para nuestro crecimiento y la impronta de nuestras más elevadas posibilidades ya reside en nuestro interior, es sólo cuestión de asumir la responsabilidad de transformarnos.
Si conseguimos empoderarnos en este sentido estaremos cada uno cumpliendo la función para la cual estamos profundamente capacitados, en la medida en que desarrollamos nuestras potencialidades para ello.
Marte en Tauro en sextil a Vesta en Piscis, nos permitirá reafirmar nuestro valor personal y nuestro sentido de utilidad a través del servicio desinteresado que, no obstante, nos puede reportar beneficios y, sobre todo, reforzar la autoestima.
La cuadratura entre Saturno en Sagitario y Neptuno en Piscis seguirá poniendo a prueba nuestro sentido práctico y nuestra dimensión espiritual, que se verá llamada a una mayor disciplina si queremos que realmente nuestras más elevadas visiones se vean plasmadas en el mundo material.
Por otra parte, también nos recordará que las pruebas que experimentamos están orientadas a ampliar nuestra percepción y replantearnos el sentido de las estructuras en torno a las cuales hemos definido nuestra existencia hasta ahora y que se verán cuestionadas por nuestra dimensión espiritual, en búsqueda de la trascendencia y de un mundo más compasivo.
El camino del medio, el justo balance entre rigor y clemencia, la templanza, será la medida de nuestra expansión y el canalizador de nuestras infinitas posibilidades, pues aún cuando pareciera que todo crecimiento tiene un límite, no debemos olvidar que nuestra verdadera naturaleza es eterna y es sólo a través de ese reconocimiento que podemos reconstruir nuestros ideales y retomar el sentido de nuestro desarrollo.
Este puede ser un período de confusión respecto a nuestras metas y, para muchos, puede surgir una especie de cuestionamiento o replanteamiento respecto al tema de la vocación, bien porque aún no hayan dado con ella o porque su sentido de la vida ha tomado nueva forma, precisando un ajuste.
En todo caso, más allá de la singularidad de nuestras metas, es importante recordar que vinimos a esta escuela llamada Tierra a aprender y en este tiempo estamos siendo llamados a examen, es el momento de recuperar las antiguas enseñanzas que nos permitan dar forma e impulso a nuestra búsqueda en el arduo trabajo interno que nos propone la liberación de la existencia condicionada o ilusoria.
Esas enseñanzas ya están en nuestra estructura, en nuestro ADN, es sólo cuestión de trascender el olvido, de despertar más y atender a esa verdad universal que nos conecta y que va más allá del dogma religioso, de las concepciones políticas y sociales.
Que esta Luna nos conduzca a esas conexiones internas y externas que nos ayuden a recordar la belleza que reside dentro de nosotros mismos y de todo cuanto existe, a través de esa experimentación de la dualidad que nos permitirá hacer consciencia de aquello que hemos de integrar para manifestar a plenitud el Ser.
Consultora de Astrología y Tarot
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