El detrimento de la Luna en Capricornio
Me gusta pensar que cuando nacemos somos unos bollitos tiernos recién salidos del horno, moldeables, comestibles y muy sabrosos.
Pero cuando el bollito crece, la historia cambia.
Es raro que el bollito crezca, porque en realidad cuando nació era perfecto, no necesitaba nada más para ser tan rico y disfrutable.
Pues también pienso que lo mismo sucede con nosotros los humanos. Cuando nacemos, somos tan perfectos, que con las características físicas y emocionales, somos la perfección hecha realidad.
Pero, ¿qué es lo que pasa conforme vamos cumpliendo añitos?
Imagina al mismo bollito caliente que te he contado antes, pero ahora mismo, ya se encuentra todo deforme, lleno de creencias, de inseguridades, de vacíos existenciales, lleno de toda la basura etérica de la que se ha alimentado a lo largo del tiempo.
¿Te lo comerías igual?
Con esta analogía quiero explicarles, cómo es que nacemos puros y sanos, en todos los niveles. ¿Por qué entonces cambiar?
Cambiamos debido a nuestros entornos, herencias, cultura, etc… Pero si permaneciéramos en ese estado de consciencia divino con el que nacimos, la vida misma sería muy distinta.
Yo aún recuerdo cuando mi Luna estaba sana, era una niña. En mi mente y en mi imaginación todo era rosa lleno de bondad. Así, año tras año, la inocencia era parte de la vida. Realmente recuerdo ese estado puro del Alma.
Los seres humanos experimentamos ciclos y experiencias. Y cuando llega el momento famoso: “un antes y un después”, ya nunca nada vuelve a ser igual.
Ese momento preciso y justo en el que recuerdas que tu corazón se hizo trizas, se quedó hecho pedazos; fue lo que cambió de perspectiva “tu mundo”, dando un vuelco total para el resto de tu vida.
Atención aquí, porque por cada uno de estos sucesos, es como nuestra Luna se va educando de una manera consciente o inconsciente depende de cada uno.
Lo que quiero explicar es que esa naturaleza divina, se va distorsionando, y es así como podemos explicar el detrimento de la Luna en Capricornio.
Esta Luna viene a enseñarnos una serie de eventos que hay que RECOLOCAR y ORDENAR, porque nacemos como digo, ¡perfectos!, pero sólo hasta ese punto de quiebre en la vida que te hace endurecer y cambiar la forma de vivir y sentir.
Muy diferente a una Luna en Cáncer (su opuesto), esta Luna sentimental, dulcemente emotiva, que te hace sentir cómoda, te acoge en su hogar como una madre y te nutre.
La Luna en Capricornio, también lo era cuando nació, pero llegó el momento en que tuvo que ser fuerte para no derrumbarse y construirse una torre para que nadie pudiera llegar a ella.
Vamos a desmenuzar esta historia de la Luna en Capricornio.
Aunque la Luna en Cáncer y la Luna en Capricornio pasen por la misma situación difícil y ambas tengan la misma sensibilidad, la Luna en Cáncer no se corromperá; mientras que la Luna en Capricornio, como una cabra, se aislará y se “subirá” a su montaña.
El secreto de esta Luna en Cáncer es que ella llora, se desahoga, se libera.
El llanto es muy necesario por razones fisiológicas y psicológicas.
Ante una situación emocional muy fuerte podemos sentir tristeza o dolor.
Lo natural emocionalmente es entregarte de lleno a esa emoción. Derramar lágrimas tiene una función analgésica y paliativa del dolor.
¿Pero qué hacemos las Lunas en Capricornio?, sacamos el escudo protector, las capas cebollezcas. Somos un caparazón impenetrable, somos fuertes como una roca, nosotros no lloramos. No nos duele nada. No sufrimos.
¡Pues falso!.
A simple vista parece que somos psicópatas, duros como la piedra. Aunque internamente, la Lunita está sollozando, está encerrada en la torre, triste, está muy muy arriba para que nadie la vea sola y abandonada.
Ahora te preguntas, ¿cómo se puede “arreglar”?, como si se tratara de ir a la zapatería y pedir que se nos cambie la suela dura por una suave. Y sí, eso es posible.
El consejo es muy simple para regenerar esa Luna secuestrada y triste.
Para literalmente deshacer las capas y capas de protección, podemos dejarnos llevar por aquello que nos hace sufrir, sentirlo, enfrentar la pena y el llanto.
Regresa al momento en que naciste, ¿y qué fue lo primero que hiciste?, no dijiste: “¡ay no! qué pena doctor, mejor me aguanto y no lloro no vayan a pensar que soy un bebé débil, ¿qué pensarán de mí los médicos y las enfermeras?”.
Cuando dejas que tu Luna llore le ayudas al cerebro a desgastar una importante cantidad de glucosa. Cuando esto sucede, terminamos exhaustos y muy relajados. Esto nos permite ser más introspectivos e interiorizar, y asimilar el suceso que nos orilló a ese impacto emocional.
Un paréntesis importante. Hay personas que fisiológicamente no pueden llorar, porque tienen una sequedad permanente en el lacrimal. Solo en estas excepciones podemos evaluar el nivel de consciencia de nuestra Luna.
Aunque, por otra parte, ahora sabemos que nuestro cuerpo físico es algo más que materia, es algo más que simple anatomía.
El cuerpo es un proceso viviente que se va desarrollando conforme a nuestra gestión de experiencias y vivencias. Es el fruto de miles de años de evolución hasta llegar a lo que es hoy.
Por otro lado, en algunas culturas, sus normas sociales determinan que llorar es debilidad, ésto solo muestra la poca sabiduría que se tiene respecto a las necesidades fisiológicas del cuerpo, e ignoran como el llanto nos es de muchísima ayuda para el equilibrio físico y emocional.
Creo que las personas que están diagnosticadas con tal o cuál enfermedad, no es más que un reto de superación a sí mismo. Rebasar el dignóstico de un médico muchas veces lo hemos llamado “milagro”. Pero no es otra cosa que poner la consciencia en eso que nos duele, liberarlo y sanar.
Muchas veces nos empeñamos en recordar el pasado, para llegar a ese punto que nos definió tanto y tratar de “modificarlo”. Pero las cosas no funcionan así.
La técnica es más sencilla: Llorar. Con este acto natural y sencillo, liberamos al cuerpo de la glucosa que pasa por el torrente sanguíneo. Y entonces, llega la paz, porque la energía estancada fluye y los recuerdos que te atormentaban, “mágicamente” te hacen entender que el proceso que vives es el indicado para ser y crecer.
Y es así, como la Luna que nació tierna y feliz, se transforma a lo largo de la vida, y es bueno aprender, que finalmente, nosotros tenemos el poder de la consciencia para potenciar toda la pureza que hemos heredado, y no desfallecer haciendo justamente lo contrario.
Lídize Olivares
Redacción de Campus Astrología
Hola Lídize! Aquí otra luna en Capricornio que sigue confiando ciegamente en los demás, dándome contra la realidad una y otra vez, y llorando a mares cada vez que me rompen el corazón. Tengo cuadratura sol-luna, con el sol en Piscis. Soy la mayor de 6 hermanos, y tuve que hacerme mayor muy deprisa, y estar al frente muchas veces, tal vez en eso sí reconozco la luna en Capricornio.
Gracias por tu artículo.
Hola Belén!
Es Luna en Capricornio al 100% lo que describes. Al tomar responsabilidades desde pequeña, incluso las que no te corresponden. Ahora la tarea es responsabilizar a cada quien de lo que se tiene que hacer cargo, y tú, liberar esa Lunita tuya secuestrada, para aligerar la carga, sanarla. Es tu trabajo con esta luna en detrimento.
La parte que mencionas de confiar ciegamente en los demás es más de tu Sol en Piscis.
Al tener la cuadratura, justamente lo vives así, por una parte la responsabilidad (tierra) y por otra la confianza en los demás (agua).
Hola, No lo veo muy claro la luna en capricornio eso de: “Me gusta pensar que cuando nacemos somos unos bollitos tiernos recién salidos del horno, moldeables, comestibles y muy sabrosos.
Pero cuando el bollito crece, la historia cambia. Es raro que el bollito crezca, porque en realidad cuando nació era perfecto, no necesitaba nada más para ser tan rico y disfrutable” porque ya nacemos con esa luna y eso indica que es por algo. No nacemos primero y luego aparece la luna en nuestra carta. El día en que nacemos la luna estaba en capricornio. O sea, que los hechos son los que son y no podemos cambiar de lugar a la luna. No es una crítica, solo una observación.
Hola! qué tal!
Es una analogía, pero lo que si preciso, es que al nacer somos esencia pura, y la TENDENCIA es a desarrollar nuestra posición Lunar derivado de eventos a lo largo de la existencia. Por lo que podemos “SER CONSCIENTES”, no corrompernos y permanecer en ese estado puro como lo es la naturaleza cancerina de la luna (cómo los niños, frágiles) y superar la tendencia natal, en este caso “saturnina”. Si cada uno de nosotros usara, entendiera o fuera consciente del Poder Interno que tenemos iríamos más allá de lo conceptual.