El título de este texto es La Carta natal como guía en el desarrollo de la conciencia, pero bien podría haberse llamado ‘la relación entre la conciencia y el destino’, o ‘conciencia es destino’. Quienes abogan por esta propuesta Consideran que, a diferentes niveles de conciencia, necesariamente les corresponden destinos distintos. Por ello, quienes trabajan en aras de un autoconocimiento no sólo suponen que ello les ayudara a elevar su conciencia sino que, ademas, cambiaran las circunstancias de vida que deberán atravesar. La ampliación de conciencia, entonces, no sólo implicara tener una mirada diferente de lo vivido, sino que involucrara la atracción de nuevas circunstancias y el alejamiento natural de otras que ya no sera necesario vivir. Cada ser humano esta inexorablemente interconectado con el todo, y cada plano de conciencia, por afinidad, atrae determinadas experiencias y repele otras.
Tal propuesta nos lleva ademas, a reflexionar que significado tiene la palabra conciencia, ya que con tal denominación no sólo entendemos el “darnos cuenta” de lo actuado y sentido en nuestra vida cotidiana. También implica aprender a discriminar cuales de las conductas que nos caracterizan son aquellas que aprendimos y actuamos como reflejos condicionados, y cuales son autenticas expresiones de nuestro ser mas profundo. Del mismo modo, es conciencia comprender el significado oculto detrás de hechos aparentemente intrascendentes. Y, por supuesto, también lo es capturar aquellos insondables momentos en que nos embarga la profunda tranquilidad de espíritu que nos ratifica que estamos cumpliendo nuestro verdadero sentido de vida. Esto y mucho mas es conciencia.
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