Cuando hablamos de Saturno, nuestra mente evoca inmediatamente un aire sombrío, serio; nos imaginamos una atmósfera sobria, fría, austera, pero también ordenada, organizada, donde todo ocupa su lugar. Y es que tal es la naturaleza de este planeta, no mal llamado, además, el Señor de Karma, el Dios del tiempo, el gran Maestro, pues es quien, de alguna forma u otra se encarga de centralizar o dirigir, en su manifestación, el devenir kármico, la ley de causa y efecto, decantando la justicia divina y la terrena, pues, como reza el gran axioma “Como es arriba es abajo” y nada escapa a la Ley en el mundo sublunar.
A Saturno se le ha encomendado la misión más dura de todas, por eso, muchas veces es tan incomprendido, experimentado como aquel personaje desagradable que nos pone las cosas difíciles y, otras, sin embargo, es percibido como ese rigor necesario para la consecución de nuestros planes y metas, como aquella energía que nos ayuda a dar forma y estructura a todo aquello que queremos manifestar en la vida; y es que Saturno es el gran maléfico, pero también es el gran manifestador, el cristalizador, el guardián del mundo de la forma, no en vano está relacionado con el primer chakra y el elemento plomo, el más pesado; tal es su energía, pesada, densa, contundente, ligada estrechamente al mundo físico, a la estructura, al cubo, símbolo geométrico sagrado del elemento tierra.
Él nos enseña a entendernos con el mundo material, a relacionarnos desde una perspectiva concreta, donde las formas son lo más importante y nos invita a darle estructura y orden a aquellas áreas de nuestra vida en las que ejerce su influencia.
Saturno deja el signo de Escorpio, tras una temporada en la que nos ha invadido un sentimiento generalizado de pesadumbre, que ha respondido a un necesario proceso de putrefacción de las estructuras que no estaban bien cimentadas o que no responden a la concreción de nuestro propósito en este mundo.
Las formas han tenido que mutar, para que los cimientos puedan ser más profundos y las estructuras más sólidas y congruentes con el terreno, para ello han habido de ser transformadas de raíz.
A veces esto ocurre de forma solapada, sin que sea muy visible en la superficie, notándolo más en el interior que en cualquier otra parte, es como si estuviésemos haciendo reformas en un sótano, en los pilares, desde donde todo se alza y donde todo se arraiga, unas lentas reformas, que han sido pesadas, tensas y traumáticas, pero es que es mucho lo que está en juego, cuando son las bases las que se están construyendo, pues un edificio mal cimentado puede caerse, igual que un árbol mal arraigado puede sucumbir ante los embates de cualquier tempestad. No veis entonces que ha sido necesario todo este proceso?.
Saturno nos ha enseñado durante todo este período a trabajar en las profundidades, a sumergirnos en una mina de plomo, donde hemos tenido que encontrarnos con toda la densidad y la inercia de ese elemento y hacer un esfuerzo especial por transformarlo en oro.
Ha sido la iniciación de un proceso alquímico, en el que hemos bajado al laboratorio secreto del inframundo, donde nos hemos encontrado las antiguas telarañas, en forma de bloqueos que hemos tejido a lo largo de esta y otras encarnaciones y hemos tenido que aprender a destejer sus hilos para leer en ellos la historia de nuestros traumas sin resolver y convertirlos en el abono de una estructura más sólida de nuestra personalidad, manifestado en aquellas áreas de nuestra vida que ha estado afectando este planeta y resonando con su emplazamiento natal y con la casa regida por este en nuestro mapa.
Saturno en Escorpión también nos puede haber llevado a reprimir nuestros más bajos instintos, las bajas pasiones, la intensidad que pugnaba por emerger, generando un incómodo sentimiento de frustración con el que hemos tenido que cargar de una forma u otra, hundiéndonos en una especie de apatía y desazón, que tuvimos que aprender a sobrellevar, renegando de las tentaciones de Júpiter en Leo que en su cuadratura intentaba animarnos a detonar esos bloqueos y limitaciones, poniendo a prueba nuestra capacidad para discernir entre nuestros impulsos expansivos y nuestras responsabilidades más arraigadas, ligadas a la conservación del status quo.
Saturno es también el planeta de la economía y es innegable que durante su paso por el signo del Escorpión hemos asistido a un recrudecimiento de la ya complicada situación económica mundial, que viene arrastrando la inercia de Plutón en Capricornio y la conmoción de Urano en Aries, ambos cuadrados entre sí, generando una poderosa tensión entre el poder establecido y el colectivo, algo así como una “bomba” a punto de estallar en cualquier momento.
Los gobiernos están adoptando una actitud cada vez más restrictiva y represiva ante la población, afirmando su poder de forma déspota, activando así la chispa de los movimientos sociales que, de alguna manera, buscan reclamar los derechos de una sociedad cada vez más oprimida, ante una economía global que atraviesa por un lento proceso de transformación que sólo ha favorecido a las altas esferas, en detrimento de las clases menos favorecidas.
Hemos presenciado cómo, con Saturno en Escorpión, en su cuadratura a Lilith en Virgo, se ha intentando satanizar el trabajo realizado por los movimientos sociales y, como no puede ser de otra manera, con Saturno en ese signo, la excusa ha sido el tema del terrorismo. En este sentido, es interesante y curioso tener en cuenta que Saturno, siendo regente natural de los Gobiernos, Estados y del Sistema, al transitar por este signo, nos ha mostrado de estos su faceta más cruel, al punto de llegar a utilizar el terror como método para ejercer su ley e imponer su poder, y esto se ha hecho patente, no sólo en la aplicación de duras medidas económicas, sino también a través de la criminalización y persecución de movimientos sociales, de todos aquellos que abogan por transformar el orden establecido, ante un terrorismo de estado cada vez más evidente.
Obviamente no hay que saber astrología para darnos cuenta de esto, pero ya sabiéndola, lo vemos aún más claro; los astros como siempre nos muestran las verdades más desnudas; en este caso, muchas veces, cuando se acusa a otro de algo es porque el que acusa tiene cosas muy podridas que ocultar y esa es su forma de desviar la atención. Es el miedo del pez grande a la unión de los peces pequeños. En fin… ahí lo dejo, que se cierne la Ley mordaza, Mercurio está en Capricornio y ahora lo que nos toca es la entrada de Saturno en Sagitario…
El Sr. del Karma ahora entra en Sagitario, el signo de la sabiduría, la filosofía, la religión, la política, la cultura, los viajes, el extranjero, asuntos internacionales, la educación superior, así, que, ya podemos imaginar lo que nos viene…
Entre otras cosas, podemos esperar un mayor dogmatismo religioso, como si no fuera poco el que hay, así que me temo que la gente más despierta sentirá cada vez más animadversión hacia la religiones, sobre todo hacia aquellas más conservadoras y condicionantes, distanciándose cada vez más de la mismas y decantándose por la vía espiritual más genuina y verdadera, que a cada quien resuene.
No olvidemos que Saturno, desde los primeros grados de Sagitario, estará en cuadratura con Neptuno en Piscis, así que no será raro presenciar de forma más evidente esa dicotomía entre espiritualidad y religión, así como fricciones entre corrientes de espiritualidad y religiones establecidas, aún ancladas en el sistema patriarcal y que, de alguna forma, querrán afianzarlo, mostrando actitudes poco compasivas y carentes del principio más sublime de amor universal, ciñéndose a la su ley y al Sistema de forma implacable.
Ello hará, por contraparte, que el colectivo abra aún más los ojos respecto a estos verdugos de la fe y adopte un camino interno cada vez más íntimo y directo de contacto con la fuente, de comunión espiritual con la matriz universal que nos conecta a todos más allá de cualquier condicionamiento externo.
En cuanto a educación y cultura, se nos avecinan también restricciones cada vez mayores, mayor formalismo, medidas legislativas y una estructura y rigidez que afectará a las clases más desfavorecidas, reservándose para una élite que pueda aportarle a los Estados la abundancia económica que buscan a costa del sacrificio de la población; esto, en los gobiernos más de derechas, los de izquierdas, probablemente, descuidarán las formas, aprovechando las instancias educativas para adoctrinar aún más a la población; sí, es cierto que esto ya lo vienen haciendo, de parte y parte, pero ahora será más contundente y evidente.
Sea como sea, la política se volverá más restrictiva, dogmática, represiva y esto se notará también en materia internacional. Las relaciones internacionales se volverán más formales de lo acostumbrado y se notará más que nunca el interés y la conveniencia, algo muy saturnino, como hemos visto con el reciente acercamiento entre Cuba y Estados Unidos.
Aquellos países que no se dobleguen a las condiciones establecidas por otros, sufrirán, por el contrario, las restricciones y sanciones de rigor, que con la presencia de Saturno en este signo, estarán a la orden del día para estos.
El lado más duro de Saturno, en materia internacional, lo veremos, como es costumbre, con los inmigrantes, no obstante, mientras Júpiter siga en Leo, habrán ciertas conquistas para estos, propiciadas por la lucha activa de los movimientos sociales, pues Júpiter se verá favorecido nuevamente, en su movimiento retrógrado, por el trígono de Urano, llevando a revisar su situación.
Este planeta en su paso por el signo del centauro, también promete juicios políticos, ya que este emplazamiento ensalza la moralidad, así que cualquier deshonestidad será castigada, quizá como una forma de apaciguar la tensa masa que reclamará justicia.
Se avecinan, por contraparte, leyes que nos afectan a todos, privándonos de libertades y aplicando censura y represión ante tendencias ideológicas que contravengan los intereses del orden establecido, tal como es el caso en España con el advenimiento de la Ley Mordaza, y donde también será penalizado y dificultado el libre acceso a la cultura, a través de la reforma de la Ley de Propiedad Intelectual.
En cuanto a la economía es muy factible que esta experimente un lento crecimiento, durante este período de aproximadamente dos años y medio, pero este será, sobre todo al principio, a costa del sacrificio de los más desfavorecidos, favoreciendo sólo a quienes están encumbrados o a aquellas personas que con esfuerzo y sacrificio, asuman la aventura de generar una estructura propia, siendo conscientes de que, en un principio no lo tendrán nada fácil, pues la cuadratura de Saturno a Neptuno, generará, además, ciertas frustraciones.
No debemos, sobre todo, dejarnos engañar, este repunte relativo de la economía no será, ni mucho menos, el fin de la crisis, pues esta tiene para rato, mientras Plutón siga en el signo de Capricornio, así que quedan muchos años por delante de profundas transformaciones en este sentido.
También hay que tener en cuenta que, en junio de 2015, Saturno, en su movimiento retrógrado volverá a hacer un último paso por el signo de Escorpio, lo cual constituirá un momento apropiado para hacer una última revisión a las raíces o fundamentos de cualquier estructura o negocio que hayamos establecido y desenterrar toda la negatividad que encontremos, para ser transformada en fuerza potencial de desarrollo, cuando este vuelva a ponerse directo, para, finalmente, en septiembre, volver a ingresar al signo de Sagitario, donde estará hasta finales de 2017.
En un nivel más personal, Saturno nos propondrá dar forma más concreta a nuestros ideales y filosofía de vida, así como planificar mejor nuestros sueños, enseñándonos el valor de la paciencia, la disciplina y el esfuerzo para su materialización, pues ha llegado el momento de que estos empiecen a tomar una forma más tangible.
Quizá no podamos ir tan lejos como quisiéramos, en un principio, la expansión será lenta, pero también segura y, eso, es importante. Los cimientos ya fueron transformados con Saturno en Escorpión, ahora el reto es llegar tan alto como podamos y eso lleva tiempo y requiere organización, trabajo y perseverancia, así que manos a la obra, con optimismo y buena actitud, tarde o temprano, todo se alcanza.
No nos dejemos abatir por las frustraciones iníciales que experimentaremos con la cuadratura entre Saturno y Neptuno, habrá que sacrificar algunas fantasías e imprecisiones y ser más realistas si queremos avanzar realmente y apoyarnos en la sensibilidad y lo espiritual como un estímulo para seguir adelante, para apoyar lo substancial desde lo invisible, haciendo uso de aquel famoso refrán que reza: “a Dios rogando y con el mazo dando”, así que no perdamos la fe, por el contrario, reforcémosla; este aspecto, sin duda, nos hará más fuertes.
De alguna manera, estaremos también más austeros y nos tomaremos la vida menos a la ligera, nos volveremos más meditabundos, más zen, algunos quizá más ermitaños, pues de alguna forma precisaremos dedicar nuestro tiempo para buscar el sentido de la vida y/o darle forma más firme a nuestro propio sentido.
Será un período de crecimiento y desarrollo en cuanto a nuestra filosofía de vida, adquiriremos esa peculiar sabiduría que da la experiencia, aprenderemos por ensayo y error y, eso, nos hará más fuertes, en este período que es de acumulación de sabiduría.
Saturno nos estará adiestrando, preparándonos para alcances mayores y, con Sagitario, lo normal es que adoptemos el mejor talante hacia este viejo sabio, que puede que incluso se muestre dadivoso si ve que nuestra actitud es la correcta y tenemos disposición de aprender, claro está que con la cuadratura a Neptuno en Piscis este nos exigirá, como se ha dicho antes, ciertos sacrificios, sobre todo poner los pies sobre la tierra y sopesar si realmente estamos haciendo todo el esfuerzo que podríamos hacer para concretar nuestros sueños o estamos sólo rogando sin darle al mazo y fantaseando con lo idílico que podría ser todo si fuera como lo anhelamos.
Llegó la hora pues de ponerse manos a la obra, determinar con más ahínco y motivación nuestras metas y trabajar por verlas cumplidas Quizá no sea un camino fácil, pero nos creceremos ante la adversidad e incluso aprenderemos a reírnos de ella; es recomendable, sin embargo, evitar actitudes arrogantes, con Saturno en Sagitario se impone la humildad, aunque mientras su dispositor, Júpiter, se encuentre en Leo, nos sentiremos tentados a hacer alarde de nuestros alcances.
Por otra parte, quizá perdamos algo de naturalidad y espontaneidad, por las exigencias propias del planeta, que nos pedirá ir más rectos por el camino, salirnos lo menos posible de lo establecido en cualquier proyecto que ejecutemos, pero la practicidad será premiada.
Si nos da por viajar, debemos ser más organizados que de costumbre, en este período los viajes han de ser bien planificados si queremos que resulten provechosos.
Los estudios también nos exigirán mayor tiempo y responsabilidad si queremos ver progresos y obtener buenos resultados, así como mayores sacrificios económicos, en muchos casos, dada la situación actual.
Saturno en Sagitario afectará especialmente a las personas con emplazamientos en los signos de Sagitario, Piscis, Virgo y Géminis, al primero, especialmente, le hará sentar cabeza, y volverse más serio, pero también le ayudará a adquirir una mayor presencia y respetabilidad. A Piscis y a Virgo les exigirá un esfuerzo mayor que a cualquier otro signo, y a Géminis lo confrontará desafiando su inteligencia y su versatilidad, instándole a perfeccionarse.
Saturno en Sagitario, nos enseñará, entre otras cosas, que cualquier ideal responde a un orden superior que se ha de representar en lo material para poder ser experimentado y que esto requiere, trabajo, esfuerzo y dedicación; también nos enseñará que para atrapar los sueños hay que construir una estructura, ser pacientes y constantes; que la buena suerte hay que labrársela; que toda recompensa que recibimos es fruto de nuestras buenas acciones, no sólo actuales, sino pasadas; que todo lo elevado responde a una geometría, a una forma que hace posible su manifestación; que el que la sigue la consigue; que una buena actitud puede hacer la diferencia cuando se trata de vencer los obstáculos y crecer; que vamos lento porque vamos lejos y que, a veces, los malos pueden salirse con la suya, pero el que ríe al último ríe mejor.
Construyamos con paciencia y esfuerzo nuestra felicidad, hagámonos cargo de ella y emprendamos el lento viaje de un aprendizaje mayor que, de forma práctica, nos conduzca a dar forma a nuestros sueños.
Consultora de Astrología y Tarot
http://nathachaoura.blogspot.com.es/
Me parece un artículo muy interesante
Me ha gustado mucho como ha expuesto su definición de Saturno en Sagitario
gracias por compartir