De autor anónimo. Sin lugar a dudas, uno de los mejores textos de alquimia.
“Pero os advierto que este Magisterio, que tanto habéis buscado, no se descubre ni con violencia ni con amenazas, y que no puede ser comprendido hasta que no se ha llegado a su término; y os advierto que tan sólo aquellos que son pacientes y humildes, aquellos que aman a Dios sincera y perfectamente, pueden aspirar a poseerlo. Pues Dios no revela esta divina y pura ciencia más que a sus fieles servidores, y a quienes, en la eternidad y por su divina providencia, ha dispuesto que descubran un tan gran misterio. Así, todos aquellos a quienes ha hecho una gracia tan singular, deben reflexionar muy bien a quien pueden confiar un secreto tan grande, antes de comunicarlo y descubrirlo, pues ha de ser considerado como un don de Dios, don que Él concede como le place, y a quienes se dignó elegir entre sus fieles servidores.“