Cada cierto tiempo, despierta algún estudiante de astronomía recién salido de nuestras universidades, descubriendo la rueda una vez más. Antes de informarse y sustentar las bases de su conocimiento con mayores fundamentos, se lanza a hacer una crítica a la Astrología con argumentos estériles que demuestran que no ha profundizado en la materia…
He tomado la iniciativa de escribir sobre esto y acabar con la confusión, al leer en la prensa nacional de hoy este escrito:
http://www.antena3.com/cienciaxplora/astronomia/astronomia-horoscopo-signo-zodiaco-que-crees_2013110500722.html
Con este artículo, pretendo aclarar todos esos fundamentos astrológicos que astrónomos y detractores de la ciencia astrológica a menudo usan para intentar desacreditarla. Lo lamentable, y hay que reconocerlo, es que también existen muchos compañeros astrólogos que se centran mucho en los arquetipos esotéricos, pero no se paran a preguntar sobre los fundamentos astronómicos que sustentan el mapa que están leyendo; por lo que ante estas críticas y falacias que ahora abordaremos, quedan tristemente desacreditados.
Comencemos tema por tema:
LOS SIGNOS
El principal desarrollo de la astrología tuvo lugar en los primeros cuatro siglos de nuestra Era, del I al IV d.C. Sus principales precursores son Marcus Manilius, Fírmicus Maternus, Vetius Valens… todos ellos griegos. Fírmicus Maternus, por ejemplo, realizó un viaje largo y peligroso de varios años para conseguir profundizar en Egipto en su formación astrológica. Nechepso y Petosiris, Faraón egipcio y astrólogo maestro, le enseñaron en ese viaje los secretos del funcionamiento y la interpretación de los cielos. En ese momento, Egipto era la civilización que poseía mayores conocimientos tanto de astrología/astronomía, como de magia, fruto del contacto con los caldeos y de las gentes de Ur. No profundizaré más en esto, porque este no pretende ser un artículo de historia, pero para aclarar mitos, es necesario saber que todo parte de Egipto y se desarrolla en Grecia, teniendo más adelante aportaciones de musulmanes, persas y otros pueblos. Añadir también que antes de Ur y Caldea, es muy probable que la astrología inicial proviniera de India.
Entre los astrónomos y los que desconocen el funcionamiento de los cielos, hay arraigada la falsa creencia de que el “Signo zodiacal personal”, eso que respondemos cuando nos preguntan: “¿De qué signo eres?”, es la constelación que se encuentra tras el Sol. ¡FALSO!
Esto no es así, y no es que no sea así de ahora, si no que Manilio, en su tratado Astrología escrito sobre el año 7 a.C., cuando la “astronomía” moderna y “científica” todavía no había nacido, ya explicaba que los SIGNOS ZODIACALES, son los 12 sectores iguales en que se divide la eclíptica. La eclíptica, para el que no lo sepa, es el recorrido aparente que realiza el Sol sobre un fondo de estrellas fijas (que no son tan “fijas”, pero sí que lo son más que los planetas del sistema solar). Estos doce sectores iguales (por lo tanto, de 30º cada uno), tienen su origen en el equinoccio de primavera, en el Punto 0º Aries, ¡en las estaciones! La posición de los signos zodiacales tropicales usados en la astrología occidental desde hace siglos, están basadas en los trópicos, y no tienen nada que ver con las constelaciones de estrellitas.
Por lo tanto, lo que realmente tiene una repercusión en el mundo sublunar, son los sectores de la eclíptica, del recorrido del Sol, no las constelaciones en sí. Cuando decimos que Marte está en 0º Cáncer, estamos diciendo que está en el trópico de Cáncer, no importa la constelación que haya allí.
Si tenéis dudas sobre esto o necesitáis visualizarlo con imágenes, os recomiendo este video de MARDUK Astronomía:
http://www.youtube.com/watch?v=gsZrTYeW0Tw
Aquí explica muy bien que son los Puntos de 0º Aries, 0º Libra, 0º Cáncer y 0º Capricornio, que dan origen a los signos tropicales del zodíaco.
OFIUCO
Los astrólogos de la antiguedad, que son los padres de la astronomía moderna, de las matemáticas modernas (Pitágoras, Tales de Mileto, Hiparco, etc.) y de la medicina moderna(Paracelso, J. Cardan), pues antes cuando uno iba a la universidad aprendía sobre todos los saberes, y no sobre una especialización, son los que llamaban a la Astrología la Ciencia Madre, dado que todos los saberes matemáticos, químicos, lo que hoy llamamos “astronómicos”,etc derivaban de ella.
Los primeros observadores de las estrellas, sea de la forma que fuere, sin entrar a discutir sobre si las tablillas sumerias de Z. Sitchin que hablan de los Annunakis son certeras o no, fueron conscientes de que los sectores de la eclíptica, junto con los planetas y la posición geocéntrica terrestre (casas domales) tenían una afectación en la vida de los hombres, de la civilización y de la naturaleza.
Ahora bien, ¿Cómo esos sabios organizarían todo ese conocimiento? Pues en base a la naturaleza del efecto que tenían esas partes del cielo, dibujarían lineas entre las estrellas fabricando de este modo las Constelaciones. ¡Las Constelaciones no existen, son dibujos, representaciones conceptuales creadas por el hombre antiguo! Aún así, son una gran herramienta para poner orden en las estrellas vistas desde la tierra, y poder memorizarlas junto con sus efectos. Más adelante, para que un pueblo analfabeto pudiera comprender la supremacía de la influencia de los Cielos, inventarían historias y mitos sobre dioses del Olimpo, que se difundirían entre la plebe para que comprendieran de algún modo que eso que está arriba les influye. Los iniciados en la ciencia, los astrólogos, los que tenían una mente preparada para leer, hacer cálculos y comparar y ponderar efectos, ya tendrían los arquetipos incorporados desde la infancia a través de la mitología.
En este aspecto, el mundo poco ha cambiado desde aquel entonces, pues aún hay alguno que se toma la mitología antigua de los textos sagrados de forma dogmática y literal.
Comprendiendo que primero se conocieron los efectos, y después se crearon las constelaciones (trazando lineas entre las estrellitas con un pincel), no sucede nada porque el pie de la constelación de Ofiuco, llamado Esculapio por los romanos y Asclepio por los griegos, toque la eclíptica. Al fin y al cabo, los signos zodiacales no tienen nada que ver con las constelaciones zodiacales, y las constelaciones eclípticas o zodiacales, fueron bautizadas con esos nombres y arquetipos para que los estudiantes de las estrellas se familiarizaran con sus efectos y significación. El porqué hay más constelaciones a parte de las de la eclíptica, esto ya podría dar para varios artículos, dado que más allá de los signos, las estrellas en sí mismas tienen efectos sobre el mundo sublunar.
LIBRA, ¿UN INVENTO DE JULIO CÉSAR?
En el artículo que hemos visto, como en muchos otros artículos de internet, se va difundiendo esta “leyenda”, carente de todo fundamento como pronto veremos, pero que para esos astrónomos que parecen más salidos de la prensa del corazón del “se ha dicho”, “se conoce”,”se cree”… que de la formación científica, puede tenerse como cierta a pesar de que su base histórica sea absurda.
Transcribo la “leyenda” del artículo:
“Esta costumbre se extendió y perduró incluso cuando los griegos bautizaron las constelaciones con los nombres actuales. Por aquel entonces no estaba Libra, pero también eran doce ya que en su lugar estaba la constelación de Ofiuco. Según la leyenda, Julio César quiso tener su propia constelación en el cielo. Para ello, y tras muchos quebraderos de cabeza, le quitaron las pinzas al escorpión y con sus estrellas sacaron la constelación de Libra, la balanza, símbolo de justicia, rompiendo el significado de zodiaco, ya que la balanza no era un ser vivo.
Así que había trece constelaciones, mal número ya por aquel entonces. ¿Qué hicieron? Eliminaron a Ofiuco como signo del zodiaco volviendo a quedar doce, motivo por lo que no aparece en nuestras revistas.”
Para no malgastar tiempo discutiendo sobre si la “leyenda” que difunden estos científistas es cierta (que poco rigor… difundiendo leyendas), seamos radicales y vayamos a la raíz del tema. Como todos ya sabemos, la Astrología tiene origen en Egipto, y después se desarrolla en Grecia durante los primeros 4 siglos de nuestra era cristiana.
Veamos ahora el famoso techo de la pronaos, del zodíaco de Dendera. Según el físico y matemático francés Joseph Fourier, su creación tuvo lugar en el 2.500 a. C.
Se ve muy borroso, reconstruyamos un poco la imagen.
Pasémosle el escáner y hagámosla grande. Ahora podéis hacer click en la imagen para verlo mejor. ¡Ei, eso de ahí, 2.500 años a.C., se parece a una balanza!
Y Escorpio, Sagitario, la Cabra-pez, Acuario con el botijo sobre la cabeza, la virgen con la Spica de trigo… están todos nuestros amigos, todas las constelaciones zodiacales, Libra inclusive. ¿Será posible? Ahora resulta que la leyenda de Julio César era falsa y los astrónomos no dejan de hablar de ella sin comprobar su veracidad… y que ¡ni fueron los griegos los que bautizaron las constelaciones! , como dice el artículo. Los egipcios en el 2500 a.C. ya tenían la constelaciones eclípticas, incluída la de Libra. Moisés incluso escribió en los libros bíblicos sobre esta constelación.
LA PRECESIÓN DE LOS EQUINOCCIOS
Otra crítica es que los astrólogos modernos ni los antiguos tuvieron en cuenta el efecto de la precesión de los equinoccios, cuando precisamiente fue el astrólogo e inventor de la trigonometría, Hiparco de Nicea su descubridor (190 a.C.). Los astrólogos modernos sí tienen en cuenta este efecto, si no no estaríamos hablando de la tan anunciada Era de Acuario, que se basa precisamente en el movimiento de precesión. El nucleo de la cuestión, es que los signos zodiacales (sectores eclípticos), no parten de las estrellas, si no de las estaciones, de los equinoccios y solsticios.
Ya habiendo hablado de todo esto, y con el fin de que dentro de unos meses no se vuelva a despertar otro astrónomo hablando de Ofiuco, o de la no-correspondencia de signos con constelaciones, animo a informarse más sobre el tema antes de redescubrir de nuevo la rueda. A ser posible, ya que está disponible en el Campus, leer el libro ASTROLOGÍA RACIONAL, del Dr. Adolfo Weiss, científico alemán, en el que se explica muy bien el origen del sistema astrológico y su funcionamiento.
A partir de aquí, experimentación y escepticismo de todo lo que leamos, pues no debemos olvidar que Astro-logía significa etimológicamente “La Ciencia que estudia los Astros” (Astro = Astros, y Logia => Ciencia), y no deberíamos hacer crítica o dar crédito a ninguna herramienta, hasta que no hemos investigado y comprobado su funcionamiento.
"Nuestro libre albedrío es comparable al de las flores, que en comunión con el Todo, escogen florecer en primavera. El Gran Arquitecto ya puso en hora su reloj."
Elías D. MolinsFundador de Campus Astrología
Me ha gustado el artículo, pero en cuanto a la tumba de Senmut, he estado mirando por la red y confieso estar en un pequeño lío: ¿la foto de la tumba de Senmut no corresponde en realidad al zodiaco de Dendera? Gracias y un saludo.
Elias que buenos argumentos!!! Me hace muy feliz estudiar en tu campus.
Lamentablemente, ni siquiera Carl Sagan se ha liberado de esa ignorancia: en un capítulo de la serie “Cosmos”, Sagan dedica apenas ocho minutos a criticar acerbamente a la Astrología, confundiendo además las constelaciones con los signos… A mi juicio el mejor trabajo sobre el tema es un artículo del matemático y astrólogo Wendel Polich (” Razón astronómica de los signos zodiacales”) en el cual demuestra matemáticamente que la eclíptica se forma por el movimiento del eje Tierra – Luna alrededor del sol, siendo el movimiento lunar alrededor de la Tierra el causante de los signos astrológicos. Si me lo permiten, con mucho gusto puedo escribir un articulo introductorio sobre el particular.