Así como Venus indica la forma que adquiere la capacidad de seducción de una persona, la sensualidad, Marte indica el halo sexual de una persona. Veamos las 12 formas que el planeta de la guerra y el sexo puede conferir al nativo en su horizontal (o vertical) manifestación libidinal.
Las formas que Marte adquiere, al ser éste un planeta masculino, dependen menos del regente de su signo (de su dispositor) que las expresiones de los planetas femeninos, como pueda ser Venus, que se rige más por la segunda capa, por el contenido, que por la manifestación ipso facta. Es por ello que, a la hora de entender la forma de percibir el acto sexual in situ de una persona y, por tanto, de promulgar con dicha percepción, habremos de fijarnos sobre todo en el propio signo de Marte. Marte es inmediato, no se plantea contenidos, por lo que el signo en el que esté situado este planeta, será el epicentro de sus irradiaciones.
- Marte en Aries:
Esta posición domiciliada nos habla de una inmediatez absoluta por parte de la persona en cuanto a la ejecución sexual se refiere. Marte en Aries indica una libido elevada, sin contemplaciones, animal, impulsiva, muy enérgica y a veces hasta algo violenta.
- Marte en Tauro:
Marte aquí se encuentra en exilio. Cuando un planeta está en exilio y la situación concerniente a dicho astro se presenta, el nativo puede sentirse violentado, sin saber cómo abordar la situación. Para reaccionar ante las dificultades que implica el exilio, la memoria de la impronta astral del nativo genera un mecanismo de defensa que consiste en buscar conjunciones (en este caso, otro planeta en Tauro) que estén en una buena posición. En dicha situación se produciría un rescate. Por ejemplo, si el nativo tiene Venus en Tauro, que está en domicilio, aunque tenga Marte en Tauro, su ejecución sexual le resultará agradable, Venus rescatará a Marte, tiñendo el aspecto marcial de sensorialidad y seducción.
Marte en Tauro no ve en el sexo un desahogo corpóreo, sino que busca el placer. Obviamente, en el acto sexual se combina la paliación de un instinto animal, el de la reproducción, con el hedonismo, por lo que es verdad que el sexo entre humanos es imposible que escape de las características venusinas. Mas, cuando hablamos de sexo puro, de la energía dispensada por Marte, hablamos tan solo de la energía del acto puro. Ésta es la parte del “apareamiento” de la que Tauro huye, aunque, aun así, como veremos, no tanto como Libra, pues Tauro tiene una muy fuerte parte visceral, si bien la esconde y no resulta pura, de fuego, como la de Marte.
Otro efecto secundario relativo a la sexualidad del interesante Marte exiliado, en Tauro, es la hipersexualización: el vicio del hedonismo venusino podría crear un efecto rebote en la irradiación de ese planeta, efecto con el que El Toro no está familiarizado, resultándole tan extraña la actividad por la actividad, que se sienta en una corrida de toros donde, aunque no quiera correr, se encuentra pinchado por todas partes, dirigiéndose resultado de esto hacia el rojo capote del torero con una pasión que ni él mismo sabe de dónde la ha sacado.
- Marte en Géminis:
Marte en Géminis quiere pensar, analizar, estudiar el sexo y probar cosas nuevas. Marte en Géminis no se calla. Marte en Géminis se divierte, aunque a veces, tanto cerebro puede apagar el centro de la cuestión…
- Marte en Cáncer:
Marte en Cáncer está peor que en Tauro o que en Libra, ¡no está exiliado, sino caído!
Pasa de un lado a otro, de no entender nada, de querer sólo abrazos y amor, a sentirse en un violento mar, en un océano bravo que no para hasta ser parado por causas mayores.
- Marte en Leo:
A divertirse. La seducción previa ya es sexo. Juega a cazar, caza y devora a la presa.
Marte en Leo está encendido de forma fija, es fuego fijo, paladea el impulso, se siente arder y hace sentir la llama. Marte en Leo se mira al espejo, clava los ojos y siente el poder.
Marte en Leo se siente en El Trono y asciende de nivel cada vez que el fuego de su triplicidad toca su melena.
- Marte en Virgo:
Que huela bien, que esté todo pactado, que se sepa a lo que se va y que no haya una palabra más alta que otra.
El sexo virginiano (contradicción en sí misma) parece como ir al gimnasio: se puede disfrutar, pero sin pasarse, de una forma muy pulcra, todo en su sitio, midiendo el tiempo, las flexiones y los sudores… que sean pocos, por favor.
- Marte en Libra:
Véase Marte en Tauro, mézclese con Marte en Géminis e imagine muchos tequieros. [Actualización: Ver artículo posterior.]
- Marte en Escorpio:
Es posible que el relato de esta posición no sea demasiado ortodoxo, incluso roce la ilegalidad.
Véase “Cincuentas Sombras de Grey”.
- Marte en Sagitario:
Un Marte intenso, embalado, jupiterino. Lo quiere todo. Lo quiere ya. Quiere más. No se cansa. Se divierte, pero no se cansa. Puede llegar a agotar a un Marte en Leo. Sé lo que digo…
- Marte en Capricornio:
Eficacia. Energía. Quizá pocas palabras, pero las que hay que decir para que el acto sea una obra de auténtica rentabilidad.
El Macho Cabrío embiste (sea mujer u hombre, la metáfora es por el signo). Este Marte está exaltado, por lo que es muy parecido al domiciliado Marte en Aries, pero con algo más de potencia, por la tierra. Digamos que El Macho Cabrío es un Carnero pegado a la tierra.
- Marte en Acuario:
“En esta vida me he quedado con las ganas de…” Algo así dirá en su lecho de muerte una persona con esta posición.
Es muy mental, por otra parte, y quizá le pase como a Géminis alguna vez, que se quede a medio fuelle, pero le vienen unos relámpagos uranianos dentro del lecho que enciende y vámonos…
No es actividad para un científico, pero se lo pasa bastante bien realizándola.
- Marte en Piscis:
Este Marte es muy raro. Mucho. Puede decir “basta” de pronto, aunque esté nadando por el río a una velocidad vertiginosa. Puede llorar. Puede querer sólo besitos. Puede estar meses sin hambre y de pronto convertirse en un tiburón.
En fin, no es planeta para Piscis, eso os lo garantizo.
Redacción Campus Astrología